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La tribulación y la sedición sucedidas en el tiempo de los Sahabah (parte 10 de 10)

La tribulaciَn y la sediciَn sucedidas en el tiempo de los Sahabah (parte 10 de 10)

La Batalla de Al Yamal –continuación-

‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, le preguntó a Al Qa’qa’a: “¿Qué es lo que viniste a decirnos?”. Le respondió: “Lo que está pasando no se puede solucionar sino con calma, si ustedes están con nosotros, nos dan su apoyo, reconocimiento y fidelidad, será una señal del bien y la misericordia entre nosotros. Se ajustarán las cuentas correspondientes por la muerte de ‘Uzman, de una manera en la que no se afectará a la Ummah y su unidad. Pero si, por el contrario, optan por la obstinación y la coerción, todo estará perdido. Así que les pido que sean como siempre lo han sido, gente de bien y de unidad, y no nos expongan a una prueba que al final será en detrimento de ustedes y de nosotros. Me preocupa mucho las consecuencias negativas de lo que está pasando, por eso les hago esta invitación. Todos conocemos la Fitnah que ha caído sobre nuestra Ummah, algo desbastador y muy doloroso”. Le respondieron: “Tienes toda la razón. Regresa al lugar de donde viniste. Si ‘Ali tiene la misma idea y concuerda con lo que expusiste, pues vemos que no existe traba alguna para que lleguemos a un acuerdo y reconciliación”.

A su regreso, Al Qa’qa’a le informó al Califa de la disposición de la gente del Yamal para la conciliación; esto le agradó mucho a ‘Ali, que Al-lah Esté complacido con él, y lo animó a desplazarse hacia ellos para acabar con los malos entendidos. Antes de que Al Qa’qa’a arribara, algunos árabes procedentes de Basora habían ido al encuentro del Califa ‘Ali, que Al-lah Esté complacido con él, para enterarse por sí mismos de la respuesta de la gente del Yamal y confirmar que deseaban la paz y no la guerra.

Antes de encontrarse con ellos, ‘Ali que Al-lah Esté complacido con él, les envió a Hakim ibn Salamah y a Malik ibn Habib para que se aseguraran de que efectivamente ellos seguían pensando de la misma manera que cuando Al Qa’qa’a los había dejado. Le dijeron a estos dos emisarios que podían regresar al Califa e informarle que no habían cambiado de parecer. Esa misma noche se reunieron los representantes de cada grupo y arreglaron sus diferencias, y se dispusieron a confirmar la paz en la mañana siguiente.

Esta noticia cayó como un balde de agua fría sobre los sediciosos y culpables del asesinato de ‘Uzman, que Al-lah Esté complacido con él. Esa noche se llenaron de preocupación por las consecuencias que esta reconciliación traerían consigo para mal de ellos. El pánico se apoderó de ellos, así que se reunieron para discutir qué iban a hacer. Entre los sediciosos se encontraban ‘Ulba’ ibn Al Haizam, ‘Udai ibn Hatim, Salim ibn Za’labah, Shuraih ibn Awfa, Al Ashtar, algunos de los egipcios, Ibn Sawda’, Jalid ibn Malyam, entre otros; se dijeron entre ellos: “¿Qué vamos a hacer? ‘Ali es la persona conocedora del Libro de Al-lah y Sus mandatos y ordenamientos, por lo tanto, es el más interesado en sentenciar y castigar a los asesinos de ‘Uzman; además, su puesto y posición le permiten hacerlo. Sin embargo, no lo ha hecho hasta ahora por nuestra presión sobre la gente de Medina. ¿Qué pasará cuando vea que cuenta el apoyo de esa gente (los del Yamal) y se sienta con fuerza para cobrar las cuentas que le debemos? ¡Estamos perdidos!”

El miedo al acuerdo al que llegarían en la mañana siguiente era evidente, ya que esto significaría que habría una alianza más poderosa que ellos en su contra. Por lo tanto, tenían que hacer algo para impedir la unidad y la reconciliación, para lo cual eran expertos. Algunos historiadores afirman que en ese momento ‘Abdul-lah ibn Saba’, el padre de la Fitnah, se dirigió a todos y les propuso: “Infiltrémonos en sus filas, generemos pleitos para que luchen entre ellos y así no llegarán a ningún acuerdo”. Todos aprobaron esta idea y comenzaron a aplicarla inmediatamente. Aunque para algunos historiadores la figura de ‘Abdul-lah ibn Saba’ fue ficticia, lo que sí es real es que en esa reunión acordaron el macabro plan que mencionamos.

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