La vanidad va de la mano con la arrogancia
Otro de los síntomas visibles de esta enfermedad, es el sentirse especial por la forma del cuerpo y la belleza que uno posee. Y esto es algo predominante entre las filas femeninas. La mujer hoy en día no sabe ya qué hacer para atraer la atención de los hombres. Comenzaron subiendo el vestido arriba de la rodilla, pero no satisficieron a los hombres de corazones enfermos. Luego lo subieron más arriba, pero nada. Por último, llegaron hasta el ombligo…y todavía les piden más. Esos vestidos son como los derechos de la mujer fuera del Islam, sólo se puede negociar si hay concesiones, si alguien cede algo, no importa lo que sea…el vestido, el honor, etc. Finalmente, y después que renunció a todo, la mujer no consiguió lo que quería; pues esos de corazón enfermo acabaron cansándose de ella y se fueron detrás de otros hombres. Ahora quieren casarse entre personas del mismo sexo…son simplemente insaciables.
El Profeta,sallallaahu ‘alayhi wa sallam, era superior en todo, pero era el más humilde
Si hablamos de belleza, nadie mejor que el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, quien era una de las personas más bellas que ha conocido la historia. El Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, solía mirarse en el espejo y decir: “Oh Al-lah, así como embelleciste mi semblante, embellece mi comportamiento y modales”.
El marido debe embellecerse y arreglase para su esposa, y su esposa para su marido solamente; y no como nos quieren inculcar los enfermos de corazón: que se arregle el hombre para el hombre y la mujer para todos los hombres. Cuando salen a la calle son un show gratuito de encantos… ¿esos parientes suyos que las acompañan en la calle, no sienten celos, no se les quema algo en el pecho?
¿Cuál es la cura o solución para este problema? Imaginémonos que estamos en la tumba, ya nos enterraron, ya se fueron los dolientes y nos quedamos solos en la oscuridad del foso. ¿Dónde quedaron los ojos bonitos y llamativos? ¿Dónde quedó esa lengua que llamaba a la sensualidad? ¿Dónde quedaron esos miembros del cuerpo que llamaban la atención cuando estaban al descubierto? ¿Dónde quedó ese rostro bello y sinvergüenza? Ahora todo eso es sólo alimento para los gusanos. Los gusanos no diferencian entre rico y pobre, ni entre feo y bonito. Ahora bien, si nos cuesta imaginarnos esta situación, entonces no vayamos muy lejos. Imaginémonos perder un ojo o algún miembro del cuerpo… ¿Qué haríamos con nuestra arrogancia entonces?….
Al-lah creó los miembros de nuestro cuerpo con un objetivo claro, y es el de servirnos para vivir cómodos. Y nos los dio como un depósito de confianza, una amanah que no debemos traicionar, pues como Dice Al-lah en el Corán (lo que se interpreta en español): {No hagáis ni digáis nada si no tenéis conocimiento. Por cierto que seréis interrogados en qué habéis utilizado el oído, la vista y el corazón. No transitéis por la Tierra con arrogancia, pues ella no se abrirá por vuestro andar, ni tampoco podréis igualar a las montañas en altura [para ser tan imponentes como ellas]. Todo esto es perjudicial para vosotros y detestable ante tu Señor.} [Corán 17: 36-38] Así deberíamos considerar a nuestro cuerpo, una responsabilidad. No debe ser motivo de arrogancia, pues al final es sólo tierra y arcilla que volverá a la tierra. Es más, las tumbas de muchos de aquellos presumidos y tiranos, no son sino tierra hoy en día, que pisa la gente al caminar sobre ellas. Y no es por nada que el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, dijo que los presumidos, en el Día del Juicio Final, van a ser resucitados en un tamaño diminuto y la gente los pisará.
El orgullo por nuestros antepasados no debe llevarnos a ser arrogantes
Otra causa de la arrogancia es el sentirse superior debido al linaje o la ascendencia. Este fenómeno es evidente en algunas naciones más que en otras. Y no es algo nuevo, pues siempre han existido personas que se sienten orgullosas de su linaje; pero esto, en sí, no es el problema, pues el Islam protege el linaje de las personas y prohíbe cualquier actitud que los haga irreconocibles. El problema está cuando la persona se siente superior a los demás debido a este linaje, y es esto lo que prohibió el Islam. Y no sólo lo prohibió, sino que cerró todos los caminos que llevan a que se dé este fenómeno desagradable ante los ojos de Al-lah. Dijo Al-lah en el Sagrado Corán (lo que se interpreta en español): {…En verdad, el más honrado de vosotros ante Al-lah es el más piadoso…} [Corán 49:13] Dijo: “los más piadosos”; y no dijo “los más bellos”, ni dijo “los más fuertes” o “los de linajes más nobles”. Y no olvidemos cuando el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, llamó a los miembros de su familia y los exhortó uno por uno, empezando con su hija mayor, Fátima, diciéndole: “Oh Fátima, hija de Muhammad…”. Le recordó su noble linaje, la hija de un Profeta. Le dijo: “Oh Fátima, hija de Muhammad, realiza las obras de bien; y sabe que nuestro parentesco no te valdrá de nada ante Al-lah”. Luego se dirigió a su tía paterna y a su tío paterno, y les repitió lo mismo. Finalmente, se dirigió a toda su familia cercana y les dijo lo mismo.
El Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, también dijo: “A quien lo retrasan sus acciones, no lo adelantará para nada su linaje”. Es decir, que si tus malas acciones, o tus muy pocas buenas acciones, están retrasando tu viaje hacia Al-lah y el Paraíso, tu linaje no te va a ayudar a acelerarlo. Y Dijo Al-lah que el Día del Juicio, una vez que suene la Trompeta del Juicio, no habrá linaje que valga entre los seres humanos, no importa qué tanto se vanagloriaban de sus ancestros.
Al-lah ennoblecerá a los humildes el Día del Juicio
El Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, nos informó que Al-lah dirá el Día del Juicio: “Oh siervos míos, yo ya les informé acerca de la cualidad que me importa en un ser humano: su Taqwa (su temor a Al-lah), y a pesar de eso ustedes inventaron un criterio propio: el linaje. Sepan, pues, que hoy humillaré sus criterios y ennobleceré Mi criterio”. Así pues, la próxima vez que Shaitán nos tiente a vanagloriarnos diciendo: “Mi padre es o era fulano”, arrepiéntete y vuelve a Al-lah; porque lo único que vale es la fe y las buenas obras. Sólo tus buenos modales, tu temor de Al-lah, será lo que persistirá hasta el Día del Juicio, nada más.
Analicemos el siguiente acontecimiento que se dio durante la vida del Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam. Se encontraban algunos de los Sahabas (discípulos) del Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, sentados y empezaron a hablar sobre sus ancestros. Empezaron a vanagloriarse de ellos y, finalmente, alguien le preguntó a uno de los Sahabas que era persa, Salman, diciéndole: “Y tú, ¿cuál es tu linaje?”. Salman guardó silencio. Entonces el Profeta, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Salman es un miembro de mi familia”. Con esto demostró claramente que el Islam está por encima de todo, y que Al-lah honrará al más sencillo de todos, en está vida y en la otra.
Continúa…