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Cuando el silencio no es de oro (Parte II)

Cuando el silencio no es de oro (Parte II)

Una espada de doble filo
El tratamiento del silencio es una espada de doble filo: ambos sufren, quien permanece en silencio y el que recibe ese silencio. Obviamente, quien recibe el silencio es “castigado” porque la otra parte se siente rechazada, ignorada, descuidada y menospreciada. Esa persona, irónicamente, es deshumanizada; es casi como si no existiera. Se siente invisible y, posiblemente, sin valor, o al menos indigna de ser amiga de la otra persona en cuestión.
Por otro lado, la parte que está infligiendo el castigo también sufre (incluso si no se da cuenta en ese momento) porque el dar a alguien el tratamiento del silencio requerirá de perseverancia, dedicación y persistencia en algo hiriente, malicioso y vengativo, de lo que nada bueno puede resultar. Esta clase de tratamiento del silencio acabará con la energía emocional de una persona; el tratar de ser de ese modo con alguien que solo unos días atrás nos importaba, el algo difícil. Aunque podamos autoconvencernos de que no nos importa, en el fondo de nuestros corazones, nosotros también tendremos que reconocer la pérdida de esa amistad que estamos rechazando.
En otras palabras, requiere de mucho trabajo y esfuerzo el ignorar a alguien tan insistentemente; no es fácil lastimar a alguien tan profundamente sin decir una palabra o levantar una mano. Se debe hacer un gran esfuerzo para estar seguro de que el receptor sabe que lo estamos ignorando, que lo estamos evitando.
El peligro está en cuánto tiempo podemos continuar con ese resentimiento que alimenta nuestro silencio. Si nos acostumbramos a ignorar a una amiga en particular por largo tiempo, esa amiga no seguirá siendo nuestra amiga y podemos decir oficialmente que la hemos perdido. Aquí está nuestro final. El Islam pone un límite de 3 días después de los cuales la ira debe desaparecer. Luego de eso, las dos personas distanciadas deben saludarse mutuamente otra vez: “No es permitido para un musulmán estar distanciado de su hermano por más de 3 días, alejándose uno del otro cuando se encuentran. El mejor de ellos es el que primero saluda al otros”. [Bujari]
De acuerdo con este hadiz, uno debe asumir que las dos partes están en conflicto; pero con el tratamiento del silencio, lo más frecuente es que una parte tenga un problema con la otra. Incluso en tales casos, la regla debe ser aplicada de igual manera; ya sea que quien está siendo ignorado trate de solucionar las cosas con la mujer que está enojada y trate de hacerla hablar y explicar qué es exactamente lo que está sucediendo, o quien guarda silencio finalmente hable y haga las paces con la otra parte antes de que sea demasiado tarde.
El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Quienquiera que abandone a su hermano por un año, es como si hubiera derramado su sangre”. [Bujari] ¿Podemos imaginar que pase esto en nuestras propias vidas? Por supuesto, si ha transcurrido mucho tiempo y no hemos hablado con alguien, un año puede pasar sin que nos demos cuenta. De hecho, es muy fácil. Si alguien inicia el tratamiento del silencio contigo, en el principio puedes tratar de descubrir por qué; pero si esto es en vano, probablemente dejarás de intentar y simplemente pensarás: “Bien, si ella no quiere hablarme o ser mi amiga, está bien”. Y luego olvidarás el asunto. Esa probablemente fue una amistad perdida por una razón insignificante, pero con una consecuencia seria, como se menciona en el hadiz anterior.
La solución
1. ¡Encuentra una solución! En lugar de dar el tratamiento del silencio o permitir a alguien que te lo dé, identifica y luego soluciona el problema, y no lo perpetúes. Habla de las cosas, llega a una especie de solución, compromiso o acuerdo.
2. Si no puedes sostener una discusión para trabajar en la solución (seamos realistas, a veces realmente esto no funciona), por lo menos trata de ser “la mejor persona” y da tu salam primero. Así podrás alejarte civilizadamente sin ningún sentimiento de culpa.
3. No comiences. Evita ser tú quien aplique el tratamiento del silencio a alguien. Para algunos es difícil no hacerlo, pero trata de evitarlo, y más bien habla acerca de tus sentimientos en lugar de sacar a alguien de tu vida. Si podemos evitar que los problemas se vuelvan grandes hablando de ellos, podremos evitar dar a alguien el tratamiento del silencio.

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