La grandeza de una persona, queridos hermanos, radica en la grandeza de lo que cree, por lo que está dispuesto a sacrificarse y por lo que defiende. Nuestra verdadera religión, a la que pertenecemos orgullosamente, nos insta a amar y respetar la verdad y abrazarla tal como es, sin pulirla ni distorsionarla.
De hecho, uno de los nombres de Al-lah, Glorificado sea, es Al Haqq (La Verdad), nuestro Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue enviado con la verdad, y los cielos y la tierra fueron creados y establecidos sobre la verdad.
Verificar la autenticidad de la información que escuchamos o leemos es el primer paso que debemos tomar para determinar nuestra postura hacia ella, y comenzar nuestro viaje para apoyar y defender la verdad.
Hoy en día, escuchas muchas noticias que circulan y lees mucho contenido en línea, y notas que gran parte de dicho contenido es de origen desconocido, algunos de sus escritores usan seudónimos, y las cadenas de transmisión de la mayoría de las narraciones que escuchamos son desconocidas.
Todo esto nos insta a no creer todo lo que escuchamos y no apresurarnos a transmitirlo y publicarlo para no ser cómplices en la circulación de noticias falsas e infundadas. Al-lah, Glorificado sea, dice a este respecto:
• {¡Oh, creyentes! Si una persona que transgrede se les presenta con alguna noticia, corroboren su veracidad, no sea que perjudiquen a alguien por ignorancia y luego se arrepientan de lo que hayan hecho} [Corán 49:6].
• {¡Oh, creyentes! Cuando salgan a combatir por la causa de Dios, asegúrense de no combatir contra los creyentes, y no digan a quien los saluda con la paz [expresando su Islam]: "¡Tú no eres creyente!", para así combatirlo y conseguir algo de los bienes perecederos de la vida mundanal…} [Corán 4:94].
El segundo verso es una directriz divina para que, durante la guerra, los musulmanes no se lancen a matar a alguien antes de que les quede claro quién es un creyente y quién no.
¿Qué significa esto para nosotros?
Significa lo siguiente:
1. Debemos entrenarnos para no creer todo lo que escuchamos. Comienza a cuestionar la autenticidad de la información que te llega y juzga por ti mismo. Entrena también para transmitir menos de lo que oyes. el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Basta que un hombre repita todo lo que escucha para considerarlo un mentiroso”.
2. Siempre busca la fuente de la información que escuchas, trata de identificar a las personas que la transmiten y verifica su credibilidad y confiabilidad.
3. La autenticidad de lo que ves es a menudo mayor y más fuerte que la autenticidad de lo que escuchas. Además, cuanto más larga sea la cadena de narradores y transmisores de un información, mayor será la posibilidad de error y malentendido.
4. Innumerables experiencias e incidentes prueban que la transmisión oral tiende a ser menos precisa ya que los narradores modifican los mensajes transmitidos oralmente según su propia comprensión, estados de ánimo y caprichos personales. Por lo tanto, no aceptes las narraciones que escuchas al pie de la letra y no confíes en todos sus detalles.
5. Siempre que la información suene extraña y desconocida debemos detenernos e investigarla más a fondo, porque mucha de esa información es a menudo incorrecta o exagerada.
6. La magnitud exacta de un asunto y la medida en que es verdadero o falso solo puede conocerse después de que termina y, por lo tanto, se debe esperar antes de emitir un juicio hasta que el orador complete su declaración y el escritor concluya su trabajo, el cual podría ser publicado en varias partes.