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Él milagro de la lluvia, rios y mares

El milagro de la lluvia, rios y mares

La proporción de lluvia

Uno de los datos que suministra el Corán sobre la lluvia consiste en que ella es derramada sobre la tierra en una medida definida. Esto se menciona en la Sura Zujruf (El lujo) en estos términos:

{Es El quien hace descender agua del cielo en una medida definida, y con ella revivimos una tierra muerta. Del mismo modo se os hará surgir (de la muerte el día de la resurrección)} [Corán 43:11].

Esta medida global de la lluvia también ha sido descubierta por las investigaciones modernas. Se estima que en un segundo se evaporan de la superficie de la tierra aproximadamente 16 millones de toneladas de agua. En un año el número asciende a 513 billones de toneladas de agua, y esta equivale a la cifra de la cantidad de la lluvia que cae sobre la tierra en el mismo período anual. Esto significa que el agua circula continuamente en un ciclo equilibrado, según una “medida” definida. La vida sobre la tierra depende de este ciclo del agua. Aunque los hombres utilizaran toda la tecnología disponible hoy día en el mundo serían incapaces de reproducir este ciclo artificialmente.

Incluso un pequeño desvío en este equilibrio provocaría rápidamente un grave desajuste ecológico que pondría fin a la vida sobre la tierra. No obstante esto nunca ocurre, y la lluvia continúa cayendo cada año exactamente en la misma proporción tal cual fue revelado en el Corán.
Los mares no se mezclan entre sí
En un versículo del Corán se describe una propiedad de los mares que sólo ha sido descubierta recientemente:
{Hizo confluir las dos masas de agua, y dispuso entre ambas una barrera para que ninguna modifique a la otra}  [Corán 55:19-20].
Esta propiedad de los mares, que pese a estar en contacto entre sí no se mezclan, ha sido descubierta sólo recientemente por los oceanógrafos. En virtud de una propiedad física llamada “tensión superficial”, las aguas de mares vecinos no se mezclan. Esta tensión superficial, provocada por la diferencia de densidad de sus aguas, impide que éstas se mezclen, exactamente como si hubiera una delgada pared entre ellas[1].
Es notable que en una época en que la gente no tenía conocimientos de física, de la tensión superficial o de la oceanografía, este hecho fuera revelado en el Corán.
Tinieblas en los océanos y las olas internas
{O como tinieblas en un mar profundo cubierto de olas, unas sobre otras, que a su vez están cubiertas por nubes; son tinieblas que se superponen unas sobre otras. Si alguien sacase su mano, apenas podría distinguirla. De este modo, a quienAl-lah no ilumine jamás encontrará la luz [de la guía}. [Corán 24:40].
En la obra “Océanos” se describe el ambiente general de los mares en los siguientes términos: “La oscuridad en lo profundo de mares y océanos se encuentra alrededor de los 200 m y por debajo de esta marca. A esa profundidad casi no hay luz. Por debajo de los 1000 metros no hay luz en absoluto”[2]
Actualmente conocemos la estructura general del mar, las características de los seres vivos que lo habitan, su salinidad, así como la cantidad de agua que contiene, su profundidad y superficie. Los submarinos y otros equipamientos especiales desarrollados por la moderna tecnología han permitido a los científicos obtener esta información.
El ser humano es incapaz de sumergirse más de 70 metros sin la ayuda de equipos especiales. No puede sobrevivir en absoluto en las partes profundas de mares u océanos a profundidades tales como 200 metros. Es por esta razón que sólo recientemente los científicos han descubierto estos datos sobre los océanos. Y no obstante ello, la información de que lo profundo del océano está en tinieblas fue suministrada por el Corán hace 1400 años. Y por cierto es uno de los milagros del Corán que tal dato fuera aportado en una época en que el hombre no disponía de equipos para sumergirse en las profundidades del mar.
Por otro lado, la afirmación del mismo versículo 40 de la Sura An-Nur  {O como tinieblas en un mar profundo cubierto de olas, unas sobre otras, que a su vez están cubiertas por nubes; son tinieblas que se superponen unas sobre otras} llama nuestra atención sobre otro milagro del Corán.
Recientemente los científicos han descubierto que hay olas internas en el mar, que “se producen en la superficie de separación entre dos capas de diferente densidad”. Estas olas internas cubren el agua profunda de los mares y océanos porque ella tiene una mayor densidad que el agua que está por encima. Las olas internas actúan como las olas de la superficie, y pueden romper igual que lo hacen estas últimas. Si bien no pueden ser vistas por el ojo humano estas olas internas pueden ser detectadas estudiando los cambios de temperatura o salinidad en un lugar determinado[3].
Las afirmaciones del Corán tienen un absoluto paralelismo con la explicación que acabamos de suministrar. Sin investigar, uno sólo puede ver las olas en la superficie del mar. Es imposible que alguien supiera que existen olas internas por debajo de la superficie del mar. Y no obstante, en la Sura An-Nur, Al-lah llama nuestra atención sobre otro tipo de olas que se producen en la profundidad de los océanos. Por cierto que este hecho, que los científicos han descubierto muy recientemente, muestra una vez más que el Corán es la Palabra de Al-lah.
 
 

 

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