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Él esposo crítico (Parte IV)

El esposo crítico (Parte IV)

 

En los anteriores tres artículos hemos hablado de las historias de dos mujeres y sus esposos críticos, y de cómo ellas pudieron malinterpretar los mensajes críticos que recibían de sus esposos. Sin embargo, en esta ocasión me gustaría discutir francamente lo que el Islam dice sobre quienes –hombres y mujeres– son demasiado críticos unos con otros. Si bien es cierto que a veces malinterpretamos la intención de nuestros esposos, también es cierto que a veces las cosas son simplemente lo que parecen ser. ¿Qué tiene que decir nuestra religión sobre los creyentes que son demasiado críticos hacia otros? Te podrías sorprender.
 
La postura del Islam
 
Aquellos que son demasiado críticos son también a menudo los primeros en ser sospechosos; además, usualmente tienen la tendencia a buscar las faltas de los demás. Sin embargo, Al-lah nos Dice que hagamos exactamente lo contrario: {¡Oh, creyentes! Evitad sospechar demasiado [de la actitud de los demás], pues ciertamente algunas sospechas son un pecado; y no os espiéis ni habléis mal del ausente,} [Corán 49:12]
 
En un matrimonio debe existir cierto nivel de confianza establecido. Si alguno ha roto esa confianza, obviamente deben trabajar duro para restablecerla. Sin embargo, si uno de los esposos se vuelve demasiado suspicaz y crítico, a tal punto de que –incluso si la otra parte es inocente de toda culpa– continúa espiando y haciendo falsas acusaciones, la confianza se ha roto y su matrimonio necesita ayuda urgentemente. Es difícil tener confianza en alguien que constantemente te acusa de cometer faltas sin evidencia ni razón. Existe una obvia y muy buena razón de por qué es considerado un pecado el sospechar unos de otros, y es porque las sospechas –hacia los amigos o esposos/as– llevan a la discordia y, si no se detienen, eventualmente llevarán a final de la relación, pues no habría forma de mantener una relación pacífica y significativa.
 
Necesitamos seguir los mandamientos de Al-lah para saber perdonarnos mutuamente y pasar por alto las faltas de nuestros esposos y amistades. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {… y cuando se enojan saben perdonar.} [Corán 42:37] Y una vez más lo Repite: {Sabed que [Al-lah Recompensará a] quien por tener entereza y resolución es paciente y sabe perdonar.} [Corán 42:43]
 
El saber perdonar es una característica del verdadero creyente. Por otro lado, el buen comportamiento y el buen trato hacia los demás también son características del verdadero creyente; el perdón es una señal del buen corazón. Es Satanás quien endurece nuestros corazones y amarga nuestras almas. Es su malvado trabajo que causa discordias, y es Satanás quien ama entrometerse entre los esposos en particular. {Exhórtales a Mis siervos a hablar con respeto y educación, pues Satanás quiere sembrar la discordia entre ellos. Por cierto que Satanás es para el hombre un enemigo declarado.} [Corán 17:53]
 
Mirarnos primero al espejo
 
Debemos mirarnos primero al espejo antes de desbaratar a nuestros hermanos musulmanes y, especialmente, a nuestros esposos. Podemos hacer eso si seguimos los consejos dados en estos versos coránicos (que se interpretan en español):
 
·         Decir solo la verdad y no exagerar: {… Cuando habléis [para declarar o decir algo] deberéis ser justos, aunque se trate en contra de un pariente, y cumpliréis vuestro compromiso con Al-lah. Esto es lo que os Ha ordenado para que recapacitéis.} [Corán 6:152]
·         Ser bondadoso con quienes tu Creador te Ordena serlo: {Adorad a Al-lah y no Le asociéis nada. Sed benevolentes con vuestros padres, parientes, con los huérfanos, pobres, vecinos parientes y no parientes, el compañero, el viajero insolvente y con vuestros esclavos. Al-lah no Ama a todo arrogante jactancioso.} [Corán 4:36]
 
Las causas
 
{Por cierto que la creación de los cielos y la Tierra es más grandiosa que la creación de los hombres; pero la mayoría de ellos lo ignoran.} [Corán 40:57]
 
Ahora que sabemos lo que el Islam dice sobre esto, volvamos a las razones del asunto. Existen muchas razones de por qué la gente se vuelve crítica en extremo. Una es simple y llana: el ser presumido. Esta es una conducta y una forma del tipo más aborrecible de orgullo que podamos tener y, por supuesto, es fuertemente desaprobada en nuestra religión. {…Ciertamente Al-lah no Ama a los arrogantes, jactanciosos.} [Corán 57:23] En el tiempo del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, los Compañeros hacían grandes esfuerzos por no ser orgullosos ni presumidos, al punto de que incluso compartían sus vestimentas con sus sirvientes. Debemos mirar profundamente dentro de nuestras almas para darnos cuenta de que no somos tan importantes en este universo, y ciertamente estamos muy lejos de la perfección.
 
{Aquellos que evitan los pecados graves y las obscenidades, y no cometen más que faltas leves. Ciertamente tu Señor es infinitamente indulgente. Él bien os Conoce, pues os Creó de la tierra y luego hizo que os gestaseis como embriones en el vientre de vuestras madres. No seáis soberbios, pues Él Conoce bien a los piadosos.} [Corán 53:32]
 
Ganar algo de humildad en nuestras vidas puede ser algo difícil de hacer; y Al-lah nos Advierte contra la arrogancia. Dice (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! No os burléis de vuestros hermanos, pues es posible que sean mejores que vosotros. Que las mujeres no se burlen de otras mujeres, pues es posible que sean mejores que ellas. No os difaméis ni os pongáis apodos ofensivos. ¡Qué malo es comportarse como un corrupto [difamando y poniendo apodos ofensivos] luego de haber sido agraciado con la fe! Y sabed que quienes no se arrepientan [de sus pecados] serán inicuos.} [Corán 49:11]
 
Otra de las razones es tener una fe débil y un corazón duro, como se mencionó previamente. Otra razón, que puede que no consideremos como una causa, es simplemente tener una mala comprensión de la religión. Sabemos que los judíos fallaron con su religión debido a sus malas interpretaciones; por tanto, no hay duda de que esto nos lleva a la destrucción de la religión y de todo lo demás.
 
La cura
 
Existen muchas formas en que podemos curar esta enfermedad, y eso es exactamente lo que es. Esto es algo, que si no se detiene, se esparcirá a toda nuestra familia, incluyendo nuestros hijos. Podemos seguir estos simples pasos para hacer un cambio significativo en nuestras vidas:
 
·         Leer el Corán diariamente.
·         Hacer las oraciones a tiempo: {Arrepentíos ante Al-lah, temedle, haced la oración y no seáis de los que Le atribuyen copartícipes.} [Corán 30:31]
·         Realizar las oraciones Sunnah.
·         Apagar la televisión y/o la radio.
·         Recordar frecuentemente a Al-lah: {Aquellos que invocan a Al-lah estando de pie, sentados o recostados, meditan en la creación de los cielos y la Tierra…} [Corán 3:191]
·         Usar el razonamiento que Al-lah nos Ha dado: {…y si juzgas entre ellos, hazlo con equidad. Al-lah Ama a los justos. } [Corán 5:42]
·         Ser justos y honestos unos con otros: {¡Oh, creyentes! Sed firmes con [los preceptos de] Al-lah, dad testimonio con equidad, y que el rencor no os conduzca a obrar injustamente. Sed justos, porque de esta forma estaréis más cerca de ser piadosos. Y temed a Al-lah; Al-lah Está bien Informado de lo que hacéis.} [Corán 5:8]
 
Podemos dejar de esparcir esta sucia artimaña de Satanás siendo afectuosos y cariñosos el uno con el otro. Hemos sido hechos para nuestros esposos por esa razón, para brindarnos mutuamente bienestar y sosiego: {Y entre Sus signos está Haberos creado esposas de entre vosotros para que encontréis en ellas sosiego, y Puso entre vosotros amor y misericordia. Por cierto que en esto hay signos para quienes reflexionan.} [Corán 30:21]
 

Al-lah nos Ha facilitado el camino hacia la felicidad. Dice (lo que se interpreta en español): {Te Facilitaremos todos tus asuntos.} [Corán 87:8] Lo menos que podemos hacer el uno por el otro, como marido y mujer, es tomar la iniciativa de esforzarnos para hacernos mutuamente felices en este mundo. Nuestro esposo no debe ser solo nuestro “esposo”, y nosotras no debemos ser solo las “esposas”, debemos esforzarnos por ser el mejor amigo uno del otro… y solo piensa, ¿cuándo fue la última vez que criticaste duramente a tu mejor amiga/o? Ciertamente hay señales para quienes reflexionan.

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