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Él comienzo de Ad-Da‘wah en secreto (Parte 1)

El comienzo de Ad-Da‘wah en secreto (Parte 1)

 

Después de la revelación de las aleyas de la sura de Al Muddazir, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, empezó a invitar a la gente creer en Al-lah y el Islam en secreto, y naturalmente empezó con su esposa, sus amigos y la gente más.
 
1.       La conversión de Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, al Islam:
 
Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, fue la primera mujer que creyó en el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Mejor dicho, ella fue la primera persona que creyó en el Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, en absoluto. Pues ella, que Al-lah esté complacido con ella, fue la primera persona que escuchó la revelación divina de la boca del noble Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y fue la primera persona que recitó el Corán después de que lo oyó con la voz del gran Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam. También, fue la primera persona que aprendió la oración del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Pues la casa de Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, fue el primer lugar (después de la cueva de Hira’) donde se recitó la primera revelación que el ángel Yibril (Gabriel), la paz sea con él, descendió al corazón del noble Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
 
La primera cosa a la que Al-lah, el Altísimo, Impuso como obligación después de la creencia en At-Tawhid (el Monoteísmo islámico) fue practicar el rezo (As-Salah).
Fue narrado un Hadiz que aclara cómo el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, enseñó a su esposa Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, la ablución y el rezo. Cuando se hizo obligatorio el rezo al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, Yibril, la paz sea con él, vino al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, cuando estaba en las alturas de La Meca, y Yibril, la paz sea con él, tocó un lado del valle con su tobillo, y brotó un pozo y e hizo la ablución mientras el Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le observaba para aprender cómo hacerla.
Luego Yibril, la paz sea con él, se levantó y rezó con el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, como Imam, y el Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, rezó. Luego Yibril, la paz sea con él, se marchó; y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se fue a su casa e hizo la ablución ante Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, para mostrarle cómo se hace para realizar el rezo, tal y como él mismo, sallallahu ‘alayhi wa sallam, vio a Yibril, la paz Sea con él, haciéndola, para enseñarle como se hacían estas dos formas de adoración.
 
2.       La conversión de ‘Ali ibn Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, al Islam:
 
Después de que Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, se convirtió al Islam, ‘Ali ibn Abi Talib, que Al-lah esté complacido con él, abrazó el Islam. ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, fue el primer muchacho que abrazó el Islam. En aquel tiempo, ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, tenía diez años de edad según la opinión más confiable, y esta es la opinión de At-Tabari e Ibn Is-haq, que Al-lah les dé Su perdón.
 
Al-lah, Glorificado Sea, Favoreció a ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, Haciéndole criarse bajo la protección del Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, antes del Islam. Pues el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se hizo responsable de él. ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, fue la tercera persona después del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y Jadiyah, que Al-lah esté complacido con ella, que realizó el rezo.
Algunos ulemas mencionaron que cuando el tiempo del rezo venía, el Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, salía dirigiéndose hacia los desfiladeros de La Meca, y ‘Ali, que Al-lah esté complacido, estaba con él, le acompañaba escondiéndose de su padre, de sus tíos paternos y de todo su pueblo. Pues allá, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, realizaban todas las oraciones, y regresaban por la tarde a esta casa pura y piadosa, que está plena de la fidelidad sincera y la nobleza.
 
3.       La conversión de Zaid ibn Harizah, que Al-lah esté complacido con él, al Islam:
 
Es el primer esclavo que abrazó el Islam, y Zaid, que Al-lah esté complacido con él, era muy querido por el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, había sido su esclavo y luego lo adoptó. Él es el muchacho que prefirió el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, a su padre y su familia cuando vinieron a La Meca para comprarlo del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Entonces, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le dejó la opción a Zayd, que Al-lah esté complacido con él, para decidir. Así pues Zayd, que Al-lah esté complacido con él, dijo al Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam: "No elegiré a otro sino a ti. Pues para mí, tú eres como mi padre y mi tío". Entonces el padre y el tío paterno de Zayd, que Al-lah esté complacido con él, le dijeron: "¡Ay de ti Zayd! ¿Eliges la esclavitud en vez de la libertad, y la prefieres a tu padre, tu tío paterno y tu familia?". Zayd, que Al-lah esté complacido con él, respondió: "Sí, vi en este hombre lo que me hizo no poder elegir a otro sino a él".
4.       La conversión de las hijas del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, al Islam:
 
Las hijas del Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam, Zaynab, Umm Kulzum, Fatimah y Ruqaiah, que Al-lah esté complacido con ellas, se apresuraron en abrazar el Islam. Pues antes de la Misión, ellas se sintieron la influencia de su padre respecto a la rectitud, las buenas morales y la lejanía de lo que la gente de Al Yahiliah solían hacer, como adorar a los ídolos y cometer pecados. Ellas, que Al-lah esté complacido con ellas, también se sintieron influidas por su madre, así pues se apresuraron a abrazar el Islam.
De esta forma la casa del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, llegó a ser la primera familia que cree en Al-lah, Glorificado Sea, y se somete a Su Shari‘ah. Esta primera casa profética tiene una posición alta en la historia de Ad-Da‘wah islámica por las características que Al-lah le Dio, y porque Al-lah le Exaltó con el honor del ser los primeros en creer, recitar el Corán y realizar el rezo. Pues esta casa era:
 
-                     El primer lugar, después de la cueva de Hira’, donde se recitó la revelación divina.
-                     La primera casa que incluyó la primera mujer creyente que se apresuró en abrazar el Islam.
-                     La primera casa donde se realizó el rezo.
-                     La primera casa donde los primeros tres creyentes que abrazaron el Islam se reunieron, y son: Jadiyah, ‘Ali y Zayd ibn Harizah, que Al-lah esté complacido con ellos.
-                     La primera casa que se encargó de auxiliar al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y ninguno de sus miembros, sean mayores o menores, se descuidó de apoyar Ad-Da‘wah.
 
Esta casa merece ser un ejemplo, y sus miembros merecen ser modelos y ejemplos vivos para los musulmanes, las mujeres y los hombres, y para todos los creyentes. Pues esta casa incluía a la esposa pura, creyente, sincera y la ministra de la veracidad y la fidelidad, incluía también al primo paterno cauto, atento, auxiliador y amigo; además el querido como un hijo, creyente, sincero y asistente, y las hijas atentas, creyentes y devotas.
Así es que la casa profética tiene por mérito propio la posición privilegiada, y debe ser nuestro modelo y el ejemplo a seguir en su guía respecto a la convivencia, la conducta ejemplar de la sinceridad y la creencia, la respuesta y el esfuerzo.
Debe ser un modelo para cada persona que cree en Al-lah como Señor, y en Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, como profeta y Mensajero.
La realidad evidente en el método divino indica la importancia de formar al individuo recto y la familia justa como el primero de los círculos de la reforma, la construcción y luego la sociedad.
Aquí se hizo evidente con claridad el cuidado del Islam por el individuo musulmán y su construcción, y la importancia de que eso antecede a cualquier otra obra. Pues el musulmán es la base de cualquier construcción social islámica.
 La familia es quien recibe al individuo desde su nacimiento y continúa con él durante largo período de su vida; mejor dicho, la familia es quien lo rodea durante toda su vida. Así pues la familia para el individuo es la primera escuela mediante la que se ven determinados los aspectos de la personalidad, las características y las particularidades.
También la familia es el mediador entre el individuo y la sociedad. Si este mediador es fuerte y está sano, puede darle a sus dos lados –el individuo y la sociedad- la seguridad y la fuerza.
Por eso el Islam cuidó de la familia y le dio mucha importancia facilitándole los principios que garantizan su estabilidad y crecimiento de una manera sana, y la dirige hacia la senda divina para que sea una etapa firme al establecer la sociedad islámica y el Estado islámico que procura construir la civilización divina en la vida terrena.

 

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