Desórdenes alimenticios en mujeres jóvenes
15/06/2009| IslamWeb
Lo que es sorprendente es el hecho de que Mary es musulmana y fue criada en un hogar musulmán. Ella es una de tantas mujeres que están protagonizando un fenómeno creciente en la comunidad musulmana. Lo que una vez fue una condición principalmente de los no-musulmanes se ha ido metiendo lentamente dentro de la Ummah islámica. Los desórdenes alimenticios, principalmente la anorexia nerviosa y la bulimia, están afectando a mujeres musulmanas y, en algunos raros casos, también a hombres.
Echemos un vistazo de cerca. Los desórdenes alimenticios, como la anorexia y la bulimia en primer lugar, han alcanzado proporciones epidémicas en Occidente, ya que la imagen de la belleza se ha movido hacia un ideal que promueve el descontento con el cuerpo y la perpetua restricción de la comida. Entre 5 y 10 millones de mujeres y más de un millón de hombres en los Estados Unidos están enfrentando una batalla de vida o muerte contra un desorden alimenticio. Estos trastornos también se están esparciendo en varias comunidades y culturas del mundo. Una vez se pensó que se trataba de un síndrome “ligado a la cultura”, pero los desórdenes alimenticios ahora aparecen en países tan diversos como Pakistán, Egipto, Japón, Sudáfrica y República Checa. Como fue mencionado anteriormente, las mujeres musulmanas no han sido inmunes a esta enfermedad en expansión.
¿Qué son los desórdenes alimenticios?
Los dos más importantes desórdenes alimenticios son la anorexia nerviosa y la bulimia. La anorexia nerviosa es un serio y potencialmente letal desorden, caracterizado por la autoprivación de alimentos y la pérdida excesiva de peso. La anorexia tiene uno de los índices de mortalidad más elevados entre las enfermedades mentales. Muchas de esas muertes no son atribuidas directamente al desorden alimenticio en sí, sino a una complicación del desorden alimenticio, como una ruptura del esófago, un fallo del corazón, un ataque o el suicidio. La bulimia nerviosa es también muy seria y potencialmente letal, se caracteriza por un ciclo secreto de comer en exceso y luego purgarse o inducir el vómito. Estos ciclos recurrentes de atracarse y vomitar pueden afectar a todo el sistema digestivo y pueden llevar a un desbalance químico en el cuerpo que afectaría el corazón y otros órganos importantes.
Anorexia nerviosa: la búsqueda implacable de la delgadez
· La persona se niega a mantener un peso normal para su edad y estatura.
· Pesa 85% o menos de lo que se espera para su edad y estatura.
· En las mujeres se detienen los periodos menstruales. En los hombres baja el nivel de hormonas sexuales.
· Las mujeres jóvenes no comienzan a menstruara a la edad apropiada.
· La persona se siente aterrada de ganar peso, incluso si su bajo peso es marcado.
· Además, la anorexia nerviosa a menudo incluye depresión, irritabilidad, aislamiento y comportamientos peculiares, tales como rituales compulsivos, hábitos alimenticios extraños y división de la comida en categorías de “buena/segura” y “mala/peligrosa”.
Bulimia nerviosa: el desorden de la dieta-atracón-purga
· Comer grandes cantidades de comida en periodos cortos de tiempo, a menudo secretamente, sin importar si se siente o no hambre.
· Sentirse fuera de control mientras se come.
· Vómitos, laxantes no adecuados, ejercicios o ayunos para librarse de las calorías.
· Dietas fuera de los atracones, pero volver a ellos cuando se siente hambre.
· Creer que para ser valorado se necesita estar delgado.
· El peso puede ser normal o cerca del normal, a menos que la anorexia esté también presente.
· Al igual que la anorexia, la bulimia puede poner en riesgo la vida.
· Aunque los bulímicos pueden parecer valientes, a menudo están deprimidos, son solitarios, ansiosos y tienen sentimientos de vacío interior.
Señales de alerta de la anorexia nerviosa
· Pérdida dramática de peso.
· Preocupación por el peso, la comida, las calorías, la gordura y las dietas.
· Rechazo a comer ciertas comidas, restricción progresiva de categorías enteras de comida (por ejemplo, nada de carbohidratos, etc.).
· Comentarios frecuentes sobre sentirse “gordo/a” o con sobre peso a pesar de la pérdida de peso.
· Desarrollo de rituales de comida (por ejemplo, comer comidas en cierto orden, masticar excesivamente, cambiar de lugar la comida en el plato, etc.).
· Excusas constantes para evitar la hora de comer o situaciones que involucren comida.
· Régimen de ejercicios excesivamente rígido, sin importar el tiempo, la fatiga o la enfermedad que implique el “quemar calorías”.
· Aislarse de los amigos y las actividades.
· En general, conductas y actitudes que indican que la pérdida de peso, la dieta y el control de la comida se han convertido en la principal preocupación.
Señales de alerta de la bulimia nerviosa
· Evidencia de atracones de comida, incluyendo la desaparición de grandes cantidades de comida en cortos periodos de tiempo o la existencia de envolturas o contenedores que indican el consumo de grandes cantidades de comida.
· Evidencia de uso de purgantes, incluyendo visitas frecuentes al baño después de las comidas, señales u olores de vómitos, presencia de envolturas o paquetes de laxantes o diuréticos.
· Régimen de ejercicios excesivamente rígido, sin importar el tiempo, la fatiga o la enfermedad que implique el “quemar calorías”.
· Hinchazón inusual del área de las mejillas o la quijada.
· Decoloración o manchas en los dientes.
· Creación de complejos horarios en el estilo de vida o rituales para hacer tiempo para las sesiones de atracón-purgación.
· Aislarse de los amigos y las actividades.
· En general, conductas y actitudes que indican que la pérdida de peso, la dieta y el control de la comida se han convertido en la principal preocupación.
¿Cuáles son las causas?
Cualquiera puede desarrollar un desorden alimenticio, sin importar la edad, género u origen. Sin embargo, las mujeres jóvenes son más vulnerables, particularmente entre las edades de 15 y 25 años.
Las investigaciones sugieren que la constitución genética de una personas puede hacerla más propensa a desarrollar un desorden alimenticio. Una persona importante, como un padre o un familiar, puede influenciar negativamente a otros miembros de la familia mediante su actitud hacia la comida. En situaciones donde existen altas expectativas académicas o presiones sociales, una persona puede centrarse en la comida y comer como una forma de lidiar con esas preocupaciones.
Los eventos traumáticos pueden desencadenar la anorexia nerviosa o la bulimia: pérdida de un ser querido, sufrir intimidación o abuso, problemas familiares (como el divorcio), etc.
Es probable, como con otras enfermedades mentales, que la principal causa de este desorden sea espiritual. Desde una perspectiva espiritual, el debilitamiento de la fe puede dejar a la persona vulnerable frente a este desorden. Existen reportes de que tanto los anoréxicos como los bulímicos sufren de pensamientos intrusos e incontrolables que pueden ser atribuidos al trabajo de demonios y de Satanás. A menudo Satanás manipula la debilidad de las personas y este puede ser el caso de quienes sufren desórdenes alimenticios. Es importante comprender que la enfermedad puede también ser una prueba de Al-lah, como sucede con otras enfermedades, pero el tipo de tratamiento será el mismo en ambos casos.
Opciones de tratamiento
Cuando se da un desorden alimenticio, buscar ayuda y tratamiento es esencial. No existe ningún libro o artículo que pueda diagnosticar profesionalmente a un apersona que sufre esta enfermedad; solo un profesional entrenado y calificado lo puede hacer. Existen muchas opciones de tratamientos disponibles para quienes padecen desórdenes alimenticios. Siempre hay que tener en mente que el tratamiento es diferente para cada quien y que cada persona debe ser evaluada de manera individual.