La mayorيa de edad
05/02/2012| IslamWeb
Cuando éramos niños y disfrutábamos de la belleza de aquella etapa de nuestras vidas, nos preguntábamos: ¿Cuándo llegaremos a la adultez?, ¿qué es lo que marca la diferencia entre la infancia y la madurez?, y ¿cuándo es considerada una persona menor y cuándo mayor de edad?
El camino hacia la adultez se inicia al llegar a la pubertad y nubilidad, ciclo que al ser alcanzado nos abre las puertas a un mundo totalmente diferente del que estábamos acostumbrados y hace que nos despedimos de la niñez, la cual quedará solamente como un recuerdo que vendrá a nuestra mente de vez en cuando. Al-lah, en su infinita Sabiduría, Dispuso que al llegar a esta edad acontecen una serie de cambios físicos y psicológicos: la voz se engruesa, crecen las partes del cuerpo que deben hacerlo, y la forma de pensar y de ver las cosas es diferente. Esta transformación es la que prepara a la persona para que pueda entrar a esta nueva etapa de su vida; en otros términos, es aquí cuando comienza su vida en realidad, porque el hombre fue creado para adorar a Al-lah, y al llegar a la pubertad, que en el Islam es la adultez o mayoría de edad, es responsable de cumplir con todas las órdenes y mandatos de la Shari’ah de Al-lah; mientras que en su niñez, el lápiz que escribe las buenas o malas acciones no había estrenado las páginas del registro que acompañará a toda persona desde la nubilidad hasta la muerte. Así, se llega a la edad en la que la oración, el ayuno, el Zakat, el Hayy y todas las demás obligaciones deben ser cumplidas, y en la que los pecados que se cometan se anotan; pero también, en ella se le recompensa por todas las obras de bien que pueda realizar. Dice Al-lah(lo que se interpreta en español): {Quien haya realizado una obra de bien, por pequeña que fuere, verá su recompensa; y quien haya realizado una mala obra, por pequeña que fuere, verá su castigo.} [Corán 99:7,8]
En los aspectos legales que tienen relación con la persona misma y con las demás, la pubertad es la etapa que le da la facultad de reclamar sus derechos ante la justicia, o ser procesado ante la ley por los crímenes cometidos. El huérfano, por ejemplo, debe recibir los bienes que le fueron dejados por sus padres y que eran manejados por su tutor, siempre y cuando este muestre señales de responsabilidad en sus gastos. Dice Al-lah(lo que se interpreta en español): {Observad a los huérfanos hasta que alcancen la pubertad [la edad del matrimonio]. Cuando los consideréis ya capaces y maduros, entregadles sus bienes. No los consumáis pródigamente antes de que alcancen la mayoría de edad. El rico que se abstenga, y el pobre que los utilice con mesura. Cuando les entreguéis sus bienes, hacedlo ante testigos. Al-lah Basta para Ajustar cuentas.} [Corán 4: 6] De igual manera, quien haya cometido robo, asesinato, fornicación o cualquier otro crimen, debe ser juzgado y la pena debe aplicársele, a diferencia del impúber. Por otra parte, al llegar a la mayoría de edad el testimonio de una persona es aceptado, sea dentro de un proceso legal o para algo que tenga relación con una forma de adoración, como ver la luna creciente del mes de Ramadán, para que la gente inicie su ayuno.
La relación que existe entre la mayoría de edad, la responsabilidad y la pubertad nos señala la importancia que tiene esta etapa por la que tienen que atravesar todos los seres humanos; por ende, debemos dedicar todo el tiempo necesario para aclarar a los niños, en especial a los que están próximos a madurar, no solo el por qué de estos cambios, sino también las implicaciones que conlleva alcanzar esta edad. Al-lah Es tan Maravilloso y Misericordioso que Dispuso la existencia de tres señales principales que indican cuando se ha llegado a la adultez en el caso de los hombres, mientras que para las mujeres son cuatro; estas son:
· Polución nocturna (efusión de semen).
· Menstruación, obviamente esta señal es exclusiva para las mujeres.
· Aparición del vello púbico.
· Cumplir 15 años lunares.
Entonces, cuando a un niño o una niña le sucede una de estas señales, cualquiera que sea, será considerado un adulto y, por tanto, será responsable de cumplir con sus obligaciones y de las consecuencias de sus acciones, como mencionamos con anterioridad.
El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, quien fue indiscutiblemente el mejor de todos los maestros y educadores, trataba a los jóvenes que habían llegado a la pubertad como correspondía, es decir, como hombres y/o mujeres que ya eran. Cuando organizaba un ejército o una misión determinada, se fijaba siempre en las personas que escogía, si los veía pequeños no los aceptaba. Al Bujari y Muslim registraron que ‘Abdul-lah ibn Omar, que Al-lah Esté complacido con él y su padre, relató que para la Batalla de Uhud, cuando tenía 14 años, se ofreció para el combate, pero el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no lo aceptó; luego, en la Batalla del Jandaq, se ofreció nuevamente, y esta vez sí le permitió unirse a las filas que combatieron para defender a Medina; ese año ya había cumplido los 15.
Esa era la forma en que el Enviado de Al-lah,sallallahu ‘alaihi wa sallam, trataba a sus Sahabah, que Al-lah Esté complacido con todos ellos: cuando veía o sabía que una señal de las señales de la pubertad había alcanzado a uno de ellos, lo trataba como a los demás hombres y mujeres. Si hacemos una comparación entre lo que hoy en día hacemos y lo que nos estableció nuestro amado Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos daremos cuenta, con tristeza, de la horrible realidad: a una persona que llega a la pubertad la tratamos como si fuera todavía un niño y no la responsabilizamos de nada; es más, ¡en muchos hogares este trato hacia los hijos es evidente incluso con hombres y mujeres que ya han llegado a los 20 años! Es un error tratar a nuestros hijos púberes así, es un crimen cometido en contra de ellos y su educación, y las consecuencias son evidentes: los hijos se vuelven rebeldes con sus padres, sienten que no les entienden, los ven como sus enemigos, todo porque no se les ha educado como se debe y no se les ha tratado de acuerdo a su edad. Con este tipo de comportamiento en los hogares, nuestra Ummah (nación) está perdiendo al ser desperdiciadas todas las aptitudes y capacidades que estos nuevos hombres y mujeres tienen. Nadie puede excusarse en el tamaño de la persona, en pensar que porque su edad es relativamente corta no puede ser responsable. Dice Al-lah(lo que se interpreta en español): {¿Acaso no lo Va a Saber Quien todo lo Creó? Él es Sutil, y Está bien Informado de cuánto hacéis.} [Corán 67:14]Al-lah Es Quien Sabe cuando una persona está preparada para asumir responsabilidades y aplicar las ordenanzas de la Shari’ah.
Por último, queremos aconsejar a nuestros jóvenes que han alcanzado la adultez, que al llegar a esta etapa deben pensar muy bien en todo lo que les espera, pues de ahora en adelante no se aceptará que se comporten como antes lo hacían; así que inicien sus vida dedicándose a la adoración sincera a Al-lah, cumpliendo con todo lo que nos Ordena y dejando todo lo que nos Ha Prohibido. También, deben revisar su comportamiento hacia sus padres, las palabras que dicen y las miradas que hacen; pues ante Al-lah ya son responsable y, por ello, serán recompensados o castigados. Y no olviden escoger bien a sus compañías, pues uno es como la persona a la que acompaña.