Tratamiento de la apatía
04/03/2010| IslamWeb
Al-lah Todopoderoso nos Ha Dado un remedio para cada enfermedad, siendo la apatía una de las enfermedades espirituales más graves, ya que si no la notamos puede provocar que la persona afectada se desvíe e incluso puede arrastrarla hasta la destrucción total. Por lo tanto, el tratamiento es algo muy importante y se sirve de todos los medios necesarios para prevenir que esta enfermedad se dé o para erradicarla en caso de que ya se haya desarrollado. A continuación veremos algunos de los medios más importantes que nos pueden servir para dichos fines:
-Evitar las causas que desembocan en esta enfermedad, lo cual es el factor más crucial para ayudar a salvaguardar a una persona del mal. Además, es necesario estar conscientes de la gravedad de esta enfermedad y de lo que significa evitarla a través de medidas precautorias o de un tratamiento en forma.
-Suplicarle a Al-lah Todopoderoso y Pedirle ayuda, puesto que Él Es quien Responde las plegarias de los afligidos y aquel que sufre de pesadumbre espiritual y teme la destrucción se encuentra en un estado de gran angustia. Además, debemos buscar la ayuda de Al-lah en todas las circunstancias, ya que el Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, le ordenó a Mu’ath, que Al-lah Esté complacido con él, decir al final de cada oración: “Al-lahumma a’inni ‘ala zikrika wa shukrika wa husni ‘ibadatik (Oh Al-lah, Ayúdame a recordarte, agradecerte y adorarte de manera perfecta.)”
-Mejorar, renovar y preocuparnos por incrementar nuestra fe intensificando los actos de adoración, dado que esta es la provisión verdadera del creyente que alivia su sufrimiento en el difícil camino al Paraíso.
-Tener confianza en la vigilancia de Al-lah Todopoderoso y recordarlo más seguido. Esto requiere temerle, glorificarlo, amarlo e implorarle, así como creer en Su sabiduría y omnipotencia. Al invocar a Al-lah, nuestro corazón se tranquiliza; pero tal vez el acto más noble de todos es fortalecer nuestro nexo con El Corán recitándolo frecuentemente, entendiéndolo, considerándolo y poniéndolo en práctica. Asimismo, es necesario usarlo como parámetro y decidir en todas las cuestiones y disputas bajo su autoridad, seguramente que quien no se guie por El Corán se extraviará gracias a sus deseos.
-Sinceridad y piedad. Al-lah Todopoderoso Dice (lo que se interpreta en español): “¡Oh, creyentes! Si teméis a Al-lah, Él os Concederá la guía y el conocimiento con el que podréis discernir [lo verdadero de lo falso].”[Corán 8:29]
-Purificar los corazones de hostilidades, rencores, celos y malos pensamientos de los demás; esto ayuda a que se abra el corazón y a preservar su integridad.
-Búsqueda del conocimiento, ya que es muy importante asistir a pláticas de religión y a grupos para recordar a Al-lah. El conocimiento es el camino que nos lleva a conocer y temer a Al-lah Todopoderoso, y es la provisión de nuestro corazón.
-Ser moderado al adorar y realizar obras buenas.
-Organizar nuestro tiempo y pedirnos cuentas a nosotros mismos constantemente.
-Adherirnos a la sociedad musulmana y fortalecer los lazos de hermandad.
-Mantenernos en contacto con quienes podrían estar sufriendo de apatía para ayudarlos a que no caigan en el mal camino.
-Educar de acuerdo a la metodología comprehensiva del Profeta, sal-lal-lahu ‘alaihi wa sal-lam, la cual es un buen medio para combatir la languidez.
-Llevar a cabo muchas buenas obras, pero no siempre las mismas. Recordar a Al-lah, recitar El Corán, orar, leer libros benéficos, estimular el bien, prohibir el mal, ayudar a otros a satisfacer sus necesidades, dar alivio al afligido, son solamente unos cuantos ejemplos.
-Seguir el paradigma de los Profetas, la paz sea con ellos, y de los predicadores sinceros en términos de entusiasmo, puntualidad, rectitud, firmeza, nobleza de objetivos y determinación. La principal preocupación del musulmán debe de ser el Paraíso, y su principal objetivo buscar complacer a Al-lah Todopoderoso mediante una adoración continua hasta el día de su muerte.
-Acordarnos de la muerte frecuentemente, temer una mala muerte, visitar tumbas y a personas agonizantes. Esto hace que el musulmán se arrepienta inmediatamente, que su corazón se sienta conforme y su cuerpo anhele adorar. Por otro lado, olvidarnos de la muerte hace que adoptemos una actitud opuesta a la mencionada.
-Recordar el Paraíso y el Infierno y leer las descripciones de estos recintos en El Corán y la Sunna. Esto fortalecerá la determinación del musulmán y agudizará su resolución.
-Incrementar el número de buenas obras y seguir llevándolas a cabo, evitando la desidia. Esto es especialmente importante en cuanto a los actos de adoración rutinarios, ya que quien abandona un acto voluntario es más propenso a abandonar sus obligaciones también.
-Ser pacientes y entrenar para ello. Sin lugar a duda, el camino del conocimiento, la adoración y el llamado a Al-lah es largo, agotador y lleno de problemas y dificultades. Pedimos la ayuda de Al-lah Todopoderoso para que nos Permita mantenernos firmes en Su religión y que nos Conceda un buen final.