El Islam llegó a completar las religiones divinas anteriores y la fe en la Tierra. De hecho, el Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, completó las misiones de los profetas anteriores, la paz de Al-lah sea con ellos. El Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Mi ejemplo y el ejemplo de los profetas que me precedieron es como el de una persona que construye una casa hermosa. La casa era perfecta, magnífica y grandiosa, excepto por un lugar de un solo ladrillo (en una esquina). La gente que la visitaba (o veía) se admiraba, pero siempre se preguntaba: ‘¿Por qué el propietario no completó ese ladrillo faltante?’. Yo soy ese ladrillo (faltante). Soy el último Profeta (para la humanidad en la Tierra)” (Bujari y Tirmidhi).
El Islam actúa diligentemente para satisfacer las necesidades básicas en la Tierra, como las religiones divinas previas, y trabaja arduamente para garantizar sus derechos.
Leamos juntos la siguiente aleya del Glorioso Corán: {Y combatan por la causa de Dios a quienes los agredan, pero no se excedan, porque Dios no ama a los agresores} [Corán 2:190].
Al-lah, el Exaltado y Sublime, ha hecho de la yihad (luchar y esforzarse por Su causa) un acto que es recompensado, en el que los musulmanes creen y practican. De hecho, la yihad es considerada como la “joroba” del camello, el punto elevado más importante del cuerpo del camello, y un musulmán debería considerarlo de manera similar. El esfuerzo por la causa de Al-lah Todopoderoso debe ser apreciado por los musulmanes sinceros en esta vida, debe ser tratado con reverencia y ser tomado en serio, con un entendimiento maduro de sus objetivos. La yihad no es una innovación en el Islam. De hecho, la yihad es una práctica aceptada, reconocida y bien establecida en las religiones y las naciones anteriores.
La yihad fue establecida antes, y Al-lah sabe más, debido al hecho de que había conflictos y diferencias entre las personas por todo el mundo. Además, el bien y el mal siempre han coexistido en las sociedades del mundo entero a lo largo de la historia. Por ello, la yihad fue fundada y definida a fin de detener la tiranía y derrocar a los gobernantes tiranos, que desvían a la gente del camino de Al-lah y del código de vida que Él estableció para que el ser humano lo siguiera. La yihad también fue descendida a fin de evitar que la gente adorara a otras personas y a deidades falsas, y le presenta a la gente la realidad de la adoración únicamente a Al-lah, Quien no tiene hijos, asociados ni copartícipes.
La yihad también fue establecida para que el hombre removiera del planeta todas las injusticias cometidas por los humanos, y lleve al mundo a la misericordia, la justicia, la paz y la tranquilidad del Islam como forma de vida. Uno de los objetivos de la yihad es proteger la prédica del Islam y ayudar a divulgarlo por el mundo, para el bien de la humanidad en la Tierra y no por el bien de los árabes ni de los musulmanes únicamente, pues el Islam no tiene fronteras geográficas.
La gente tiene la libertad de aceptar o rechazar el Islam como su forma de vida. El Islam tiene un mensaje para la humanidad entera. El Islam es el código moral y ético más completo para la gente en todos los ámbitos de la vida. El Islam establece los principios de justicia, equidad, igualdad, libertad, prosperidad, éxito y veracidad para el ser humano sobre la Tierra. La yihad no ha sido establecida para obligar a nadie a unirse al Islam contra su voluntad, sino que es una herramienta y un mecanismo para ayudar a divulgar la religión del monoteísmo, la justicia y la igualdad a todo el mundo. Después que los diversos pueblos reciben el mensaje, les corresponde a ellos aceptar o no el Islam como su forma de vida.
En cualquier caso, el propósito esencial de la yihad es llevarle el mensaje del Islam a la gente y presentárselo. Al-lah Todopoderoso declara en el Glorioso Corán: {Una vez establecida la diferencia entre la guía correcta y el desvío no se puede forzar a nadie a creer. Quien descrea de las falsas divinidades y crea en Dios, se habrá aferrado al asidero más firme [el Islam], que es irrompible. Dios todo lo oye, todo lo sabe} [Corán 2:256].
El principio rector que consolida las relaciones entre el gobierno y la gente se basa en la paz. Sin embargo, Al-lah Todopoderoso estableció los cimientos de la yihad en el Islam por una razón y un propósito especiales. Hay una diferencia importante entre los términos yihad y “guerra”. Yihad, como es interpretada y entendida en el Islam, no es una “guerra santa”, como la describen los medios occidentales; más bien, es una “lucha” honorable contra los enemigos de Al-lah Todopoderoso que rechazan Su palabra y la fe en Él, y Su religión, el Islam. “Guerra”, por otra parte, es un impulso por los intereses personales y la propiedad de las tierras, los recursos naturales, por razones políticas o económicas. El Islam ordena la yihad en tres situaciones a saber:
1. Defender la vida, la propiedad y las fronteras nacionales.
Este concepto se basa en la aleya del Glorioso Corán: {Y combatan por la causa de Dios a quienes los agredan, pero no se excedan, porque Dios no ama a los agresores} [Corán 2:190].
2. Eliminar la opresión y preservar los derechos justos de las personas oprimidas. Este concepto se basa en la aleya del Glorioso Corán: {¿Qué les impide combatir por la causa de Dios, siendo que hay hombres, mujeres y niños oprimidos que imploran: “¡Señor nuestro! Sácanos de esta ciudad de opresores. Concédenos, por Tu gracia, quien nos proteja y socorra”?} [Corán 4:75].
3. Defender la fe y la religión
Un combatiente debe purificar su intención para complacer únicamente a Al-lah Todopoderoso y debe comprender que no participa de esta yihad por ninguna razón injusta. Los combatientes deben darse cuenta de que toman parte en dicha yihad a fin de divulgar la palabra de Al-lah Todopoderoso. Este concepto se basa en la aleya del Glorioso Corán: {Combatan [a los criminales] hasta que cese la opresión y todos puedan adorar libremente a Dios. Pero si ellos desisten [de perseguir a los creyentes] Dios bien ve lo que hacen} [Corán 8:39].
Además, si los enemigos del Islam cesan su fuego y recurren a detener el combate, aceptando hacer las paces con los musulmanes, los combatientes musulmanes también deben cesar el fuego y detener todas las actividades de yihad. De hecho, se hace ilícito para los musulmanes continuar luchando contra las tropas del bando contrario si la parte enemiga deja la hostilidad y pide la paz. Este concepto se basa en la aleya del Glorioso Corán: {Si ellos los dejan tranquilos y no los combaten y proponen la paz, sepan que Dios no los autoriza a agredirlos} [Corán 4:90].
Además, todos los demás tipos de guerra que apuntan a la expansión territorial, los intereses colonizadores y la venganza, que resultan en destrucción a gran escala, están totalmente prohibidos por el Islam. De hecho, aunque el Islam permite combatir al enemigo por razones necesarias, ha establecido normas de conducta articuladas que regulan la lucha contra los enemigos del Islam. El Islam no les permite a los combatientes matar a nadie: solo está permitido únicamente a combatientes y fuerzas de apoyo enemigas. El Islam no permite, acepta ni condona el asesinato de personas de edad avanzada, niños, mujeres, enfermos bajo tratamiento médico, personal médico y monjes que se hayan recluido para adorar a Al-lah Todopoderoso.
El Islam prohíbe matar a una persona que haya sido herida en batalla, y prohíbe totalmente mutilar los cuerpos y órganos de los combatientes enemigos caídos en combate. El Islam también prohíbe matar el ganado y cualquier tipo de animal del enemigo, destruir las casas de personas inocentes, contaminar las fuentes de agua, como pozos, ríos, lagos y manantiales del enemigo. Además, el Islam prohíbe perseguir a las personas que huyan del campo de batalla. Este concepto se basa en la aleya del Glorioso Corán: {Gánate el Paraíso con lo que Dios te ha concedido, y no te olvides que también puedes disfrutar de lo que Dios ha hecho lícito en esta vida. Sé generoso [con tu prójimo] como Dios lo es contigo, y no contamines la tierra; Dios no ama a los que contaminan [a sabiendas]} [Corán 28:77].