Se ha convertido en motivo de orgullo, y señal de estatus para las familias ricas y sofisticadas, mandar a sus hijas sin compañía de un mahram (un familiar varón con el que no se puede casar) a estudiar a otro país.
Encubren este acto con un aura religiosa y dicen que el profeta, la paz y bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Buscar conocimiento es obligatorio para todo musulmán” (Ibn Maya, considerado auténtico por Albani); pero ignoran que el conocimiento al que hace referencia este hadiz es aquel que acerca más a Dios Todopoderoso, no el falso conocimiento que los aleja de Él.
Algunas personas hoy en día han trasgredido los límites de la Sharíah (Ley Islámica) y la llaman “conocimiento” a la danza, la música, el canto, el teatro, el cine, relatos obscenos y todo medio inmoral para llevar a la incredulidad
Más aún; ¡Llaman al estudio de las formas de ejercer la usura o las teorías sexuales de Freud “conocimiento”! su desvergüenza ha llegado a tal extremo que alegan que el conocimiento al que se refiere el hadiz es la inmoralidad que se disfraza con los slogans seudocientíficos.
A fin de aclarar cualquier confusión, el conocimiento al que se refiere el hadiz es el conocimiento necesario sobre de la religión, como los dos testimonios de fe y su significado, el rezo, el ayuno, el Zakat (caridad obligatoria), Hayy para los que puedan, preceptos comerciales para los que necesiten conocerlos, preceptos de la muzara’a (siembra de riesgo compartido) para los que deseen practicar tal sociedad, etc. y en este mismo sentido todos deberíamos conocer los preceptos de la Sharíah necesarios en nuestras vidas.
Este tipo de conocimiento es llamado “obligación individual” y es el mínimo que un musulmán debe aprender. Cualquier conocimiento adicional es considerado una obligación comunal, y si algunos musulmanes lo adquieren, el resto no está obligado a hacerlo.
Si ningún musulmán adquiere el conocimiento que se considera obligación comunal, toda la comunidad está en pecado mientras se necesite tal conocimiento.
Al-lah dijo: {No deben salir a combatir todos los creyentes en una expedición. Que de cada región, algunos se queden para estudiar la religión y así puedan exhortar a su gente cuando regresen, para que de este modo se preserve [el conocimiento]} [Corán 9:122].
Después de enseñarles a los niños y a las niñas el conocimiento necesario de la religión, debemos educarlos a cada uno de acuerdo a sus necesidades naturales. Los programas educativos de niños y niñas no pueden ser iguales; de ser así, sería como una fábrica de zapatos cuyas maquinas producen un solo modelo.
Unificar los programas educativos de niños y niñas es un error. Debe haber una educación diferenciada de modo que vaya acorde con las características y necesidades de cada género, para que cada uno pueda desarrollar y sacar el máximo provecho de sus aptitudes.
Luego de aprender los asuntos necesarios sobre la religión, los niños deberían aprender cosas que vayan acorde con su naturaleza masculina, y las niñas cosas que vayan acorde con su naturaleza femenina.
La Sharíah permite enseñar un amplio espectro de ciencias, siempre y cuando se mantenga el proceso de la enseñanza dentro de lo lícito y no haya mezclas de sexos, y no se promueva un ambiente de coqueteo, corrupción u obscenidades durante clases.
El Dr. Alexis Carrel dijo que es tonto hacer que una mujer renuncie a su maternidad. Entonces, el programa educativo de las niñas no tiene que ser exactamente igual a la de los niños, no se las debe animar a que tengan los mismos objetivos de los niños.
Los docentes deben esforzarse y prestar atención a las características físicas y mentales de los varones y mujeres y sus roles naturales. Entre ambos sexos hay diferencias que no puedes ignorarse. Por lógica, es inevitable que tomemos en cuenta estas diferencias cuando construimos un mundo civilizado.
También dijo que es sorprendente que los programas educativos “para niñas” no incluyen ningún estudio detallado sobre niños y sus características físicas y mentales. Se le debe devolver a la mujer la posibilidad de retornar a su rol natural. Este rol no se limita solo a la reproducción.
Desafortunadamente, los programas educativos de niños y niñas son iguales en todo el mundo, incluso en países árabes de mayoría musulmana, los cuales siguen ciegamente el ejemplo del secularismo.
Las palabras del Dr. Carrel respecto a las similitud de los programas educativos de niñas y niños y el peligro que esto representa para la sociedad son muy importantes, pues su enfoque indica la existencia de intentos de extirpar las diferencias naturales y biológicas entre niñas y niños y obligarlos a vivir ignorando su rol en la vida.