En noveno año de la Hégira el profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, envió a Al Walid Bin ‘Uqba, que Al-lah esté complacido con él, a recaudar el Zakat de la tribu de los Banu Mustalaq, quienes de haber sido judíos se convirtieron al Islam. Al enterarse de su visita enviaron a algunos representantes a darle la bienvenida a las afueras de su lugar de residencia. Cuando Al Walid los vio, se asustó y pensó que ellos pretendían atacarlo y matarlo, así que huyó y regresó a Medina, donde le informó al Mensajero de Al-lah lo sucedido. Este acontecimiento hizo que Al-lah revelara un verso en especial, dijo: {¡Oh, creyentes! Si una persona que transgrede se les presenta con alguna noticia, corroboren su veracidad, no sea que perjudiquen a alguien por ignorancia y luego se arrepientan de lo que hayan hecho} [Corán 49:6].
Al Hariz Bin Dirar Al Juza’i, que Al-lah esté complacido con él, miembro de la tribu Banu Mustalaq, registró este suceso de la siguiente manera: “El enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me llamó al Islam y yo acepté, y me pidió que diera el Zakat y yo accedí. Acordé con él que yo invitaría a mi gente a convertirse al Islam, y que a aquellos que aceptaran les pediría también que dieran el Zakat. Además, dijo que cuando llegara el tiempo establecido para darlo, nos enviaría un emisario para que recolectara el Zakat de los que se habían convertido. Al llegar el tiempo establecido el representante del Profeta no llegó, así que pensé que algo había sucedido o que el Profeta de Al-lah se había molestado por algo con nosotros. Entonces me reuní con los notables de mi gente y les conté lo que pensaba, y decidimos ir a donde el Profeta para comprobar qué era lo que pasaba. Pero lo que había pasado era que el enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, sí había mandado en el tiempo establecido a Al Walid Bin ‘Uqba, pero cuando él vio a las personas que lo iban a recibir se asustó, regresó inmediatamente a Medina y le dijo al Profeta Muhammad que Al Hariz se había negado a entregarle el Zakat y que, además, había atentado en contra de su vida.
Esa información causó que el Profeta enviara una misión militar para que me llevara ante él a Medina. Al verlos les pregunté la razón de su arribo y ellos me informaron lo que había sucedido con Al Walid, y que el Mensajero de Al-lah los había enviado para que me llevaran ante él. Yo les juré que no había visto a Al Walid.
Ya en su presencia, el profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, me preguntó: “¿Te negaste a entregarle el Zakat a Al Walid e intentaste matarlo?”, le respondí: “No, juro por Quien te envió con la verdad (juro por Al-lah) que él no fue a donde nosotros y yo no lo vi”. Entonces Al-lah reveló: {¡Oh, creyentes! Si una persona que transgrede se les presenta con alguna noticia, corroboren su veracidad, no sea que perjudiquen a alguien por ignorancia y luego se arrepientan de lo que hayan hecho} [Corán 49:6]” (Ahmad y Al Albani lo certificó como auténtico).
En la biografía escrita por Ibn Hisham, este mismo suceso se relató así: “El Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, envió a Al Walid Bin ‘Uqba como su emisario para que recolectara el Zakat de Al Hariz y su gente. Cuando ellos supieron que el Mensajero del Profeta venía, salieron a recibirlo, pero Al Walid interpretó mal la bienvenida, se asustó y regresó de inmediato a Medina, e informó que se habían negado a darle el Zakat y que tenían la intención de matarlo, por lo que la gente en Medina se molestó y quiso declararles la guerra por su agresión. Mientras la discusión sobre qué hacer para aplacar ese acto hostil aumentaba, un grupo de los acusados llegaron a la ciudad y le dijeron al Profeta: “Mensajero de Al-lah, supimos que tu emisario había ido a nuestra tierra, así que salimos a recibirlo, darle la bienvenida y a entregarle lo que habíamos recaudado del Zakat, pero él, al vernos, se devolvió y escuchamos que nos acusó ante ti de que quisimos asesinarlo, pero te juramos por Dios que eso no es así”, en ese momento Al-lah reveló: {¡Oh, creyentes! Si una persona que transgrede se les presenta con alguna noticia, corroboren su veracidad, no sea que perjudiquen a alguien por ignorancia y luego se arrepientan de lo que hayan hecho} [Corán 49:6]. Ibn Sayid An-Nas en su libro Uyun Al Azar Fi Funun Al Magazi wash-Shama’il was-Siar, relata el suceso de la misma forma.
Ibn Kazir, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, explicando el significado de este verso, dijo: “En esta aleya Al-lah nos ordena comprobar las acusaciones lanzadas por la gente, en especial la de los transgresores, para que no se juzgue a los demás injustamente o de forma errónea”, y aclara que este verso fue revelado, como lo mencionan otros exégetas, por lo ocurrido con Al Walid Bin ‘Uqba Bin Abi Mu’it, siendo el relato recopilado por Ahmad el mejor.
Es importante resaltar lo que los expertos y sabios musulmanes han establecido sobre el hecho de que por más que este verso haya sido revelado por lo sucedido con Al Walid, esta es una orden general que se aplica a todos los casos y todas las acusaciones y acusadores, por lo que no se trata de un calificativo que haya sido dado a Al Walid, que Al-lah esté complacido con él, pues es sabido que él no hizo esa acusación por maldad, sino porque así lo supuso, ya que en el pasado, antes de la conversión al Islam de ambas partes, había enemistad entre ellas. Además, sabemos que a una persona que comete un error, y en este caso Al Walid lo cometió, no se le llama transgresor.
Los expertos y eruditos musulmanes concuerdan en que todos los sahabah fueron justos y de gran moral. Ibn Salah dijo: “La rectitud, justicia y moralidad de los sahabah es indiscutible. Nadie puede refutar estas características pues fueron establecidas por Al-lah en el Corán, por el Profeta en sus enseñanzas y, con base en estas dos fuentes, por conceso de los sabios musulmanes”. Al ‘Alai’ nos dice que, pese a que algunos de los sahabah cometieron errores, como el caso de Al Walid, y por tratarse de casos contados, no cabe la posibilidad de que esto afectara su justicia y moralidad.
No creemos que los sahabah hayan sido infalibles, pero sí creemos que ellos no fueron perversos ni desviados, ni que hubieran cometido pecados capitales. Como humanos que fueron, cometieron errores que por su condición y virtud merecieron el perdón inmediato de Al-lah, como Él mismo lo estableció. El mismo Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, enseñó que ellos fueron las mejores personas que han existido después de los profetas y que lo que las obras que ellos hicieron fueron mejores de las que los demás han hecho, aunque se tratara de obras iguales o de menor trascendencia.
Finalmente es importante mencionar que el estudio de la biografía del enviado de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, es de extrema importancia para entender el contexto de la revelación, lo que permite hacer una exégesis holística y concreta del Corán.