Las alabanzas sean para Al-lah, Señor y Creador del universo, y que Su paz y Sus bendiciones sean con el Profeta Muhammad, con todos sus familiares y todos sus discípulos.
Nadie puede cargar con el pecado de otro, ni redimirlo con su propio ser, como nos dice Al-lah en Su Noble Libro (lo que en español se interpreta así): {Nadie cargará con culpas ajenas. Si [un pecador] pide que le ayuden con su carga [de pecados], nadie podrá ayudarle en nada, aunque fuera su pariente. [¡Oh, Muhammad!] Solo se beneficia con tus advertencias quien teme a su Señor en su vida privada y practica la oración. Quien se purifica [de la idolatría y el pecado], lo hace en beneficio propio; y ante Al-lah comparecerán} [Corán 35:18].
Esto es lo que dicen también los textos de su Biblia: “La persona que peque morirá. Ningún hijo cargará con la culpa de su padre ni el padre con la del hijo. Al justo se le pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad.
Pero si el malvado se arrepiente de todos los pecados que ha cometido, obedece todos mis estatutos y practica el derecho y la justicia, no morirá” (Ezequiel 18:20-21, NVI).
¿Existe el pecado original?
No hay pecado que se hereda (“pecado original”): “Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no serían culpables de pecado. Pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me aborrece a mí también aborrece a mi Padre. Si yo no hubiera hecho entre ellos las obras que ningún otro antes ha realizado, no serían culpables de pecado. Pero ahora las han visto y, sin embargo, a mí y a mi Padre nos han aborrecido” (Juan 15:22-24, NVI).
Cuando hay pecado —sea que la persona misma lo hubiera cometido o si lo hubiera heredado de Adán o de otro de sus antepasados—, ¿no puede borrarse ese pecado mediante el arrepentimiento?
Los habitantes del cielo se alegran por el arrepentido, como se alegra el pastor cuando encuentra a su oveja perdida, y como la mujer se alegra cuando encuentra su dinero perdido, y como un padre se alegra por su hijo pródigo cuando regresa: “Les digo entonces que habrá más alegría en el cielo por un pecador arrepentido que por noventa y nueve piadosos que no necesitan arrepentirse” (Lucas 15:7).
Y Al-lah sabe más.