¡Alabado sea Al-lah!, Señor de los mundos. Testifico que nadie merece ser alabado excepto Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
Si los herederos del difunto tienen conocimiento de esta deuda, entonces debes informarles de la condonación a fin de que no la tomen en cuenta al momento de distribuir la herencia. Pero si ellos no tienen conocimiento de ella, no es necesario informarles.
En cualquier caso, el finado queda libre de la obligación en el momento en que lo excusas de ella, ya sea que los herederos lo sepan o no.
Y Al-lah sabe más.