Alabado Sea Al-lah, Señor del Universo. Doy testimonio que nada ni nadie merece ser adorado sino Al-lah, y que Muhammad, sallallaahu ‘alayhi wa sallam, es Su siervo y mensajero.
No es permitido tragarse la sangre que sale de la boca o la encía cuando se puede escupir. La sangre es considerada por la mayoría de los sabios de
Y Al-lah sabe mejor.