A algunos personajes ilustres de la época moderna que han leído la biografía del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no les quedó sino admitir que era un líder de excelentes modales y un carácter honorable. A continuación citamos algunas de sus opiniones:
- Michael Hart, autor del libro “The 100: A Ranking of the Most Influential Persons in History” (Los 100: un ranking de las personas más influyentes en la historia), dijo: “Mi elección de Muhammad para encabezar la lista de las personas más influyentes puede sorprender a algunos lectores y puede ser cuestionada por otros; pero él fue el único hombre en la historia que fue completamente exitoso a nivel religioso y a nivel mundanal”.
- George Bernard Shaw, el literato británico dijo: “El mundo está en extrema necesidad de un hombre como Muhammad; los religiosos de la edad media, debido a su ignorancia y prejuicios lo representaron en una forma obscura, pues lo consideraban un enemigo de la cristiandad. Sin embargo, después de ver la biografía de este hombre, encontré que era sorprendente y milagroso, y llegué a la conclusión de que nunca fue enemigo de la cristiandad y que debería ser llamado, más bien, el salvador de la humanidad. En mi opinión, si se le diera el control sobre el mundo hoy, solucionaría nuestros problemas y nos aseguraría la paz y la felicidad que el mundo añora”.
- Annie Besant escribió en su libro “The Life and Teachings of Muhammad” (Vida y enseñanzas de Muhammad): “Es imposible, para quien estudia la personalidad del gran profeta de los árabes y conoce la forma en que vivía y enseñaba a la gente, dejar de sentir respeto por este honorable Profeta, uno de los grandes Lensajeros que Al-lah envió”.
- Alphonse de La Martaine escribió en su libro “Historie de la Turquie” (Historia de Turquía): “Si lo grandioso del propósito, lo poco de los medios y los sorprendentes resultados son los tres criterios que definen la genialidad humana, ¿quién se atrevería a comparar a algún ser humano con Muhammad? Los hombres más famosos crearon armas, leyes e imperios solamente. Ellos no fundaron, si en verdad lo hicieron, sino poderes materiales que frecuentemente caían derribados ante sus ojos. Este hombre no solo movilizó ejércitos, legislaciones, imperios, pueblos y dinastías, sino millones de personas en un tercio del mundo entonces habitado. Y más que eso, él movió los altares, los dioses, las religiones, las ideologías, las creencias y las almas. Filósofo, orador, apóstol, legislador, conquistador de ideas y restaurador de las creencias racionales… El fundador de veinte imperios terrenales y un imperio espiritual, ese es Muhammad. Con respecto a los estándares por los que se puede medir la grandeza humana, nos podemos preguntar: ¿hay alguien más grande que él?”.
- J.W.H. Stab escribió en su libro “Islam and its Founder” (El Islam y su fundador): “Juzgando por lo mínimo de los medios que tenía a su disposición y por la permanencia de la obra que logró, su nombre brilla en la historia con un lustre mucho más especial que el de Profeta de La Meca. Al impulso que él dio innumerables dinastías deben su existencia, florecientes ciudades y destacados palacios y templos fueron levantados, y extensas provincias se sometieron obedientemente a la fe. Y más allá de esto: sus palabras han gobernado la vida de generaciones, fueron aceptadas como normas de vida, y una guía certera del mundo por venir. En cientos de altares las voces de los creyentes invocan bendiciones para él, a quien estiman como el verdadero Profeta de Dios, el Sello de los Apóstoles… Juzgando por los estándares humanos, ¿qué gloria se puede comparar con la suya?”
- El Dr. Gustav Weil escibe en su libro “History of the islamic peoples” (Historia de los pueblos islámicos): “Muhammad era un ejemplo brillante para su gente. Su carácter era puro e incorruptible. Su casa, su vestido y su alimento se caracterizaban por una rara simplicidad. Tan simple era que no recibía de sus compañeros ninguna señal de reverencia, ni aceptaba que su siervo le haga algo que él podía hacer por sí mismo. Estaba accesible para todos a todo momento. Visitaba a los enfermos y estaba lleno de simpatía para todos. Su benevolencia y su generosidad no conocían límite, así como su preocupación por el bienestar de la comunidad”.
- El filósofo inglés, Thomas Carlyle, quien ganó el Premio Nobel por su libro “The Heroes” (Los héroes), escribió: “Es una gran vergüenza que alguien preste oídos a la acusación de que el Islam es una mentira y que Muhammad era un falsificador y un mentiroso. Vimos que se mantuvo firme en sus principios, con inamovible determinación; gentil y generoso, compasivo, piadoso, virtuoso, con verdadera hombría, laborioso y sincero. Además de todas sus virtudes, era suave con los demás, tolerante, cariñoso, optimista y digno de elogio. Hasta llegaba a reír y bromear con sus compañeros. Era justo, confiable, inteligente, puro, magnánimo y atento. Su rostro era tan radiante como si tuviese una luz interior que iluminase las noches oscuras; era un gran hombre por naturaleza, que no fue educado en una escuela ni por un maestro pues no necesitaba nada de esto”.
- Johann Wolfgang von Goethe, el literato alemán, dijo: “Nosotros, los europeos, con todos nuestros conceptos no podemos alcanzar lo que Muhammad alcanzó, y nadie podría adelantársele. Busqué en la historia de la humanidad procurando un ejemplo y este fue Muhammad, pues la verdad debe revelarse. Ciertamente, Muhammad pudo someter a todo el mundo al monoteísmo”.
Veracidad de la Profecía de Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam
Si el Profeta de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, no tuviera nada para sostener la veracidad de su mensaje excepto su elogiada biografía y la legislación eterna que trajo al mundo, eso, entonces, le hubiese bastado a los que tienen mente para analizar y reflexionar.
El hecho de que la religión del Profeta de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se mantuvo estable y prevaleció a través de los distintos periodos de la historia y la cantidad enorme de gente que entraron en su religión, son la más grande prueba de que él era un verdadero Mensajero de Al-lah.
Ibn Taimiah, que Al-lah le Dé Su Perdón, dijo: “Los primeros Profetas han informado a su gente que quien alega falsamente ser un profeta no se mantiene sino por un corto periodo. Uno de los reyes cristianos oyó a uno de los líderes cristianos maldiciendo a Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y acusándolo de ser un mentiroso, así que reunió a la gente más erudita de los cristianos y les preguntó cuánto permanecería quien falsamente alega ser profeta. Ellos le informaron lo que los primeros Profetas dijeron: que no permanecería sino unos cuantos años, a lo sumo unos treinta años. Cuando oyó esto, les dijo: la religión de Muhammad ha durado más de cinco o seis siglos hasta ahora (hasta su tiempo), prevalece y es aceptada y seguida por la gente. ¿Cómo puede, pues, este hombre ser un mentiroso? Y entonces mandó castigar al hombre que acusó al Profeta de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, de ser un mentiroso”.