“Es imposible para cualquiera que estudie la vida y el carácter del gran Profeta de Arabia, que conozca cómo enseñó y cómo vivió, sentir algo sino reverencia por ese gran Profeta, uno de los grandes mensajeros del Supremo. Y a pesar que en lo que escribo puedo decir muchas cosas con las que muchos de ustedes están familiarizados, yo misma siento cada vez que las releo una nueva forma de admiración, un nuevo sentimiento de reverencia por aquel grandioso maestro árabe."
“Pero, ¿quieres decirme que el hombre quien en la plenitud de su vigor juvenil, un hombre joven de 24 años, se casó con una mujer mucho mayor que él y permaneció fiel a ella por 26 años, hasta los 50, cuando las pasiones están muriendo, se casó por lujuria y pasión sexual? No es correcto juzgarlo así. Y si observamos a las mujeres con las que se casó encontraremos que cada una de esas alianzas fue hecha por su gente o por algún beneficio para sus seguidores o porque la mujer estaba en necesidad de protección”.
(La vida y enseñanzas de Muhammad, Madrás, 1932, p. 4)