Ramadán en Turkmenistán, país desértico en su mayoría, es algo completamente diferente. Esta nación vivió por décadas bajo un régimen comunista en el que no se permitía practicar el Islam, por lo que muchos musulmanes de este país y de otros países que eran parte de la ex Unión Soviética no eran libres de celebrar las festividades islámicas.
Jihan, turcomana, estudiante universitaria de 21 años, dice: “En general, los musulmanes de Turkmenistán no son muy religiosos, pero les da gusto cuando llega Ramadán”.
“No olvidemos que pasamos décadas sin que se nos permitiera siquiera hablar nuestro propio idioma. Apenas ahora estamos recuperando algo de nuestra herencia islámica, incluyendo Ramadán”, agrega. “Ahora estoy aprendiendo más de mi identidad musulmana y he aprendido bastante de mi abuela, quien solía ayunar y rezar a escondidas”.
Los musulmanes en Turkmenistán comprenden el 87% de la población total, y muchos de ellos ayunan y viven este mes como si fuera el último de sus vidas. Ellos celebran la Noche en que se reveló el Noble Corán. En el mes de Ramadán del año 2001, ‘Id el Fiter fue declarado como día feriado a petición de los musulmanes ancianos del país.
El Iftar (alimento con que se rompe el ayuno) en Turkmenistán consiste usualmente en empanadas rellenas de especias, panqueques de harina de maíz, avena con judías o calabaza y/o pilaf con frutas secas. No hay muchos restaurantes, por lo que la comida se compra en el mercado o se prepara en casa. No obstante, Ramadán en Turkmenistán es una temporada divertida en la que la gente se enfoca en asuntos familiares y en recordar a Al-lah.