El homosexualismo es uno de los peores crímenes que puede cometer una persona; por ello, su castigo es severo y terminante. La Shari’ah es firme al establecer una pena adecuada a la medida de cada crimen; por tanto, se dispuso que la condena adecuada para semejante ofensa es la muerte. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Condenad a muerte a los homosexuales” El Shaij del Islam, Ibn Taimiah mencionó que nunca nadie registró alguna diferencia entre los Sahabah, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, respecto a la aplicación de esta ley. Entonces, tenemos que la pena capital se impone a quien tiene relaciones íntimas con una persona de su mismo sexo, sea casado o no; pues es preferible que muera una o dos personas, a que se genere un daño mayor que pueda exterminar a una sociedad entera. Las personas que cometen este tipo de crimen se denigran a sí mismos, al punto de llegar a ser peores que los animales, pues hay algo que nos diferencia de ellos y es el uso de la razón, y la razón rechaza ese tipo de comportamiento tan burdo. Quien rechaza una bendición tan grande que Al-lah mismo nos Otorgó se merece el rechazo de todo mundo..
En nuestra era, las cosas han empeorado, no solo porque irracionalmente el mundo se ha unido para reclamar los derechos de los que ellos llaman “el tercer sexo”, sino que se ha abierto la puerta a uno de los peores males que pueda amenazar a una sociedad: el matrimonio entre personas del mismo sexo. ¿Qué clase de familia pueden formar dos mujeres o dos hombres?; y si uno de ellos tiene un hijo de un matrimonio normal anterior o las leyes le permiten adoptar a un niño o niña, ¿qué tipo de educación le darán? ¿Qué referentes sociales (figura materna y paterna) formarán su personalidad?... Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {No son sus ojos los que se enceguecen, sino los corazones dentro de sus pechos.} [Corán 22:46]
Nosotros los musulmanes sabemos que lo que está pasando en la actualidad es algo que no se podía evitar, pues nuestro Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos informó que cuando un hombre se case con otro hombre y una mujer con otra mujer, es decir, cuando la homosexualidad sea algo común y que la gente lo apruebe, estará próxima la hora del Día Final. Hoy en día, ya no es un secreto que en muchos países del mundo las parejas homosexuales son reconocidas en público, todos oímos de esta aberración gracias a la “excelente” labor de los medios de comunicación, mismos que se utilizan para crear la imagen de que el homosexual es una persona como las demás, y que debe ser respetado y aceptado, cubriendo por completo que esto es una enfermedad que se puede tratar y que tiene cura, si la persona se somete al tratamiento adecuado. El VIH fue un aviso del peligro que este mal, el homosexualismo, representa; por más que sea verdad que ya no es una enfermedad exclusiva de esa gente, nadie puede negar que es en ese grupo en el que se desarrolló y fueron ellos los culpables de haberla esparcido entre los heterosexuales. Ese es el precio que se está pagando por no haber cortado el mal de raíz, y quién sabe qué otras cosas más y peores puedan pasar… oh Al-lah, Líbranos y Protégenos de todo mal.
El musulmán debe estar alerta a todo lo que lo rodea hoy en día, a no dejarse envolver por los llamados a la “modernidad” y a la “civilización” que pretenden destruir los buenos principios y la moral. El Islam es una religión que busca el progreso, la modernización de la sociedad, y que su civilización sea la que lleve de la mano a toda la humanidad hacia un futuro mejor en todos los aspectos; pero al mismo tiempo, señala que para que haya progreso y se logre evolucionar, el comportamiento tiene que ser recto, que se debe respetar las normas establecidas por Al-lah, pues de lo contrario, de nada servirá el adelanto que se pueda lograr, ya que en vez de beneficiar, perjudicará, y pues esta es una realidad que se está viviendo en los países “desarrollados”.
No es posible que un musulmán que tenga pleno uso de sus facultades mentales y las utilice de la manera correcta para diferenciar la verdad de la falsedad piense tan siquiera que la homosexualidad es aceptada en ciertos casos, en especial cuando las cosas son tan claras: el Corán es categórico al señalar el homosexualismo como un crimen y como algo antinatural, y que en varios hadices del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se expresa lo mismo: que el coito anal es un pecado, por más que sea entre esposos, dijo el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: “Maldito sea quien tiene coito anal con su mujer”, peor aún, dijo: “Quien tiene sexo con una mujer menstruante o coito anal o consulta con un adivino, no es más creyente de lo que Al-lah le Reveló a Muhammad”; entonces, cómo es posible que alguien que haya escuchado las anteriores palabras de su Profeta, pueda tan siquiera pensar que puede haber algún tipo de justificación para semejante aberración.
Las consecuencias a las que se ve expuesto quien decide seguir el camino de la perdición al que lleva la homosexualidad son muchos y en varios aspectos, estos son algunos de ellos:
· En lo que tiene que ver con la religión, por estarse cometiendo uno de los pecados más graves que puedan existir, el homosexual se hace acreedor a la maldición de Al-lah, el mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “Que Al-lah Maldiga a todo aquel que siga el comportamiento de la gente del pueblo de Lot”. Ibn Al Qaiem mencionó: “El homosexualismo, el adulterio y la fornicación son las más grandes de todas las impurezas que dañan el corazón y destruyen la creencia y la fe de la persona… no hay pecado que más dañe al hombre que estos mencionados, pues la alejan de Al-lah y de todo lo que es bueno y noble”.
· Mencionamos con anterioridad que este comportamiento atenta contra la moral y el bien en general. La vergüenza desaparece, al igual que la misericordia, la bondad, la generosidad y la dignidad.
· En lo psicológico, el homosexual experimenta una serie de complejos que le generan preocupación, depresión, estrés, nerviosismo, y un sinnúmero de problemas más.
· En la salud, basta con mencionar que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “No hay un pueblo en el que el pecado se vuelva común y se haga público, sin que se vea afectado por enfermedades que nunca habían afligido a otros antes de ellos”. Las enfermedades que atacan con frecuencia a los homosexuales, además del VIH, son:
o Impotencia sexual.
o Tifoidea.
o Disentería.
o Herpes.
o Enfermedades venéreas, y muchas más.
Para finalizar, queremos dirigir unas palabras a quien está siendo tentado y se siente atraído por este mal para que busque ayuda profesional al respecto, no de cualquier persona o profesional, pues lastimosamente mucha de esta gente en vez de ayudar lo que hacen es hundir más a la persona convenciéndola de que lo que piensa y siente es normal, y que por ello debe dejar aflorar su personalidad oculta. Gracias a Al-lah, existen muchos profesionales en psicología rectos y piadosos que conocen la mejor manera para ayudar a que esta persona se cure de su enfermedad. Si el problema es hormonal, médicamente puede ser tratado, compensando la falta de hormona que asiente las características propias del sexo al que pertenece la persona. Pero, sobre todo, no se debe olvidar que para que este tipo de tratamiento tenga el efecto deseado hay que encomendarse a Al-lah, entregarse a Su adoración sincera, cumplir con las obligaciones hacia Al-lah, y no dejar de realizar todo tipo de obras de bien voluntarias.
Para quien haya caído en el homosexualismo, queremos hacerle un llamado de esperanza, para que recuerde que por más mal que haya obrado, la puerta del perdón y la misericordia siempre está abierta para quien quiere. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {¡Oh, siervos Míos! Vosotros que os habéis excedido [cometiendo pecados] en detrimento propio, no desesperéis de la misericordia de Al-lah; por cierto que Al-lah Puede perdonar todos los pecados, porque Él es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 39:53]