Viendo y escuchando propagandas por radio, televisión, internet y anuncios en periódicos, revistas y carteles en la calle, en los que se ofrecen un sinnúmero de cursos y estudios en diferentes áreas del conocimiento, pasó por mi mente que debería también haber un curso personal o familiar de preparación para Ramadán mucho antes de que comience este maravilloso mes, en el que se lea libros relacionados con el ayuno, se asista a las lecciones que se dan al respecto, se realice un plan para recibir el mes y en el que se organice todas las actividades que se propone desarrollar en el plano personal y familiar.
Prepararse para Ramadán es más que una necesidad, es casi un deber, debido a que muchos musulmanes, al llegar el mes sagrado o incluso luego de iniciado y pasado varios días, los vemos que solamente están aguantando el hambre, pues sus obras son casi nulas, el mejor de ellos a lo único que se dedica es a cumplir con sus deberes como las cinco oraciones. Por esta razón, me parece justo que dediquemos el mes de Sha’ban (el mes anterior a Ramadán) para que realicemos el curso al que nos hemos venido refiriendo. En él empezamos a acostumbrarnos a realizar el ayuno, a incrementar las oraciones voluntarias, en especial durante la madrugada, a leer el Corán, a evitar las malas compañías y conversaciones, etc.
Sha’ban es un mes que la mayoría de las personas descuidan y no aprovechan para utilizarlo como un medio que los empuje y anime a incrementar las obras de bien en Ramadán. Usamah Ibn Zaid, que Al-lah Esté complacido con él y su padre, relató: “Le dije al Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam: ‘Oh Mensajero de Al-lah, no hay un mes en todo el año que te vea ayunando tanto como en Sha’ban [aparte de Ramadán]’; me dijo: ‘Este mes, que está entre Rayab y Ramadán, no lo tiene en cuenta la mayoría de la gente. En él, las obras que hemos hecho son presentada ante el Señor de los mundos, por eso, me gusta que mis acciones sean elevadas ante Él y yo esté en ayuno’”.
Si en nuestras mentes estuvieran estas palabras siempre y se arraigaran en el corazón, lograríamos la complacencia, el amor y la aceptación de Al-lah. No perdamos el tiempo y revivamos estos sentidos, y ayudemos a los demás a que lo tengan presente también, para que los beneficios de Sha’ban se generalice y los alcancen más y musulmanes.
Ibn Rayab, que Al-lah Tenga misericordia de él, dijo: “Ayunar en Sha’ban es mejor que ayunar los meses Hurum (sagrados, los cuales son Dhul Qa’dah, Dhul Hiyyah, Muharram y Rayab, es decir, los dos últimos y los dos primeros meses del año lunar islámico respectivamente) en cuanto a la recompensa y las bendiciones que se reciben. El tiempo en el que las acciones voluntarias son mejores es el mes anterior y en el posterior a Ramadán; de la misma manera que las oraciones Sunnah que vienen antes o después de las oraciones obligatorias, son mejores que las que se hacen en otros tiempos, como la media mañana”.
Por estar Sha’ban entre periodos tan importantes –los meses Hurum y Ramadán– debe ser la razón por la cual el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, mencionó que este mes no está en la mente de la mayoría de la gente. Y, efectivamente, vemos que muchos piensan que ayunar en los meses Hurum es mucho mejor que en Sha’ban, sin embargo no es así.
En el Hadiz que nos relató Usama, que Al-lah Esté complacido con él, hay una gran lección para todo musulmán, la cual tiene relación directa con la mejor forma que hay para recuperar el tiempo perdido o aprovechar los momentos que pensamos que tienen una menor importancia que otros, con el incremento en todo tipo de formas de adoración establecidas por el Corán y la Sunnah. Los Salaf (predecesores virtuosos y piadosos) siempre contabilizaban su tiempo; en los momentos en los que veían que no los aprovechaban, hacían oraciones, y cuando trabajaba o iban a los comercios y mercados, se dedicaban al Dhiker (invocar a Al-lah por medio de alabanzas). Los Salaf, siguiendo las enseñanzas establecidas por el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, acostumbraban a hacer las obras voluntarias de forma secreta, es decir, de manera que los demás no se enteraran de lo que hacían, porque de esta forma eran más sinceras, en especial el ayuno, pues esta acción es algo muy personal entre el siervo y su Señor.
Sha’ban es un mes lleno de bendiciones incontables, es un periodo de transición en el que nos debemos preparar para recibir Ramadán de la mejor manera. Sha’ban es nuestro instituto donde podemos hacer el curso que tanto necesitamos sobre el ayuno y la forma de aprovechar cada uno de los instantes del glorioso mes de Ramadán.