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La verdadera historia de las Cruzadas (parte 4 de 9)

La verdadera historia de las Cruzadas (parte 4 de 9)

El Count de Castri escribe:

“La propagación del Islam y la sumisión a su autoridad en Asia y África del Norte parece tener otra razón. Fue el despotismo de Constantinopla que ejerció tiranía extrema, y la injusticia de sus gobernantes, no pudo ser soportado más por su gente” .

Tenemos entonces que “gracias” a la injusticia que vivía el mundo dominado por cristianos, persas y demás, la gente vio en el Islam la tabla de salvación. Esto fue lo que le abrió las puertas al Islam en el mundo e hizo que la gente de los pueblos conquistados voluntariamente aceptara el Islam por convicción y NO por coacción.

El profesor Thomas Arnold arremete nuevamente alegando:

“La mala interpretación de las guerras lanzadas por los musulmanes ha llevado a entender que estas tuvieron como único objetivo la extensión de territorio y no la conversión por la fuerza de su gente”.

Un ejemplo a notar, que por sí solo rechaza las ideas extremistas de Thomas, es la conquista de España. En 711 d.C., un líder cristiano, el godo Olbán que gobernaba sobre los bereberes, vasallos de los visigodos, fue donde Musa ibn Nusair, el gobernador de África del Norte, pidiéndole que lo ayudara contra el tirano rey godo Rodrigo. Musa respondió mandándole a un joven general llamado Tariq ibn Ziad con un grupo militar de 7.000 tropas, quemaron su flota, y derrotaron a 30.000 godos. Uno de sus discursos impresionantes fue después de quemar su flota, dijo: “El mar está a sus espaldas y el enemigo está enfrente de ustedes, no hay escapatoria alguna sino la verdad y la paciencia”.
Con la llegada de este ejército, una nueva atmósfera de tolerancia dio con los judíos. Los musulmanes eran pocos en número de hombres y necesitaban ayuda en cada ciudad que conquistaban para mantener su dominio. Los judíos ayudaron a los musulmanes, porque para ellos representaban una oportunidad para liberarse de los godos. Los cristianos y judíos fueron liberados en Andalucía.

Al otro lado, debajo de Europa, los sirios también dieron la bienvenida a los musulmanes como sus liberadores, ya que fueron liberados de los problemas religiosos y también los aliviaron de los agobiantes impuestos que tenían que pagar a los bizantinos. Ellos elogiaron a los musulmanes anunciando públicamente: “Alabanzas a Dios, que nos libró de los bizantinos injustos y nos puso bajo el gobierno de los musulmanes”. Un gran número de ellos se convirtieron a la creencia islámica. Esta liberación va conforme con el verso coránico en el que Al-lah, Glorificado sea, dice (lo que se interpreta en español): {¿Por qué no combatís por la causa de Al-lah, cuando hay hombres, mujeres y niños oprimidos que dicen: ¡Señor nuestro! Sálvanos de los habitantes opresores que hay en esta ciudad. Envíanos quien nos proteja y socorra?} [Corán 4:75]

La Primera Cruzada

La Primera Cruzada fue lanzada por el Papa Urbano II, aprovechando la llamada de auxilio del Emperador bizantino Alejo I, para que lo ayudara a liberarse de los musulmanes que poco a poco avanzaban dentro del imperio y lo amenazaban con acabarlo. Urbano II reunió a los cristianos, principalmente franceses, y, engañosamente, los llamó a que unieran sus espadas en contra de los infieles musulmanes que estaban acercándose poco a poco a Europa Occidental por el Oriente y para “recuperar” la Tierra Santa. La mayoría de los que respondieron su llamado lo hicieron con el firme propósito de conseguir tierras, posición y riqueza. Así, valiéndose del fanatismo religioso de reyes y caballeros europeos, y la ambición de otros, logró reunir un gran ejército que finalmente llegó a Jerusalén.

Joel T. Rosenthal escribió:
“Ellos conocían poco sobre el Imperio Bizantino o su religión, el cristianismo ortodoxo. Pocos de los cruzados comprendían o tenían simpatía por esta religión, la cual no reconocía al papa católico, y que además usaba el lenguaje Greco en vez del Latino, y tenían diferentes formas de arte y arquitectura. Igualmente, ellos ignoraban la realidad del Islam y la vida musulmana. Para algunos, la Primera Cruzada fue tomada como una excusa para dar rienda suelta a los más bajos instintos de barbarie y para conducir ataques salvajes en el nombre del Dios, e ir acabando con las comunidades judías europeas a su paso” .
 

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1-Count de Castri, Islam: Impressions and Studies.

2-Joel T. Rosenthal, Encarta.

 

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