Cuando volví al Islam hace diez años fui recibida con distintas reacciones de mis amigos y familia. Cuando asistí a mi primera reunión familiar usando el hiyab me miraron con curiosidad al principio, pero con el tiempo han aceptado mi elección.
Nadie parece notarlo mucho excepto por los ocasionales comentarios sobre mi elección del hiyab. La mayoría de mis familiares aceptó mi nueva fe gentilmente con respeto y tratando de hacernos sentir cómodos a mí y mi familia. Durante las fiestas mis familiares hallaban difícil comprar regalos para todos los niños de la familia dejando a los míos “fuera”. Cuando les expliqué pacientemente lo importante que era que respetaran mi decisión ellos lo hicieron.
A veces mi nueva fe fue desafiada por ellos (en intensas discusiones sobre religión o sucesos mundiales) pero hemos aprendido todos a respetar las decisiones de cada uno y nos seguimos amando y apoyando como una familia. De varias maneras el Islam me ayudó a mejorar mis relaciones familiares, ya que empecé a tomar en serio la instrucción de fortalecer mis lazos familiares. Alhamdu lil-lah (alabado sea Al-lah) ha sido una transición bastante sencilla.
Poniendo límites
Hasta la más placentera visita a mis familiares no musulmanes puede representar un gran desafío. Algunas cosas son fáciles de manejar, como evitar el consumo de alcohol o la carne que no es halal. Otras son más difíciles. Un área que puede ser muy complicada es la de los chismes familiares. A muchos de mis parientes les encanta compartir secretos familiares cuando se reúnen. Puede ser un tremendo desafío evitar escuchar, participar y comentar sobre los detalles “jugosos” de la vida del prójimo, pero esto es hablar mal de los demás y es un pecado, por lo que debe ser evitado.
Difundir chismes maliciosos sobre los demás es una acción condenada en el Corán; Al-lah dice: {… ¡Oh, creyentes! Eviten sospechar demasiado [de la actitud de los demás] pues algunas sospechas son un pecado. Y no se espíen, ni hablen mal del ausente, porque es tan repulsivo como comer la carne muerta de su hermano. ¿Acaso alguien desearía hacerlo? Por supuesto que les repugnaría. Tengan temor de Dios, porque Dios es Indulgente, Misericordioso.} [Corán 49:12] Si formas parte de una familia que disfruta hablando de su prójimo debes volverte creativo a la hora de evitar esto. Si notas que la charla se está convirtiendo en chismorreo trata gentilmente de desviar la charla hacia otro tema.
Otro tema exclusivo de las mujeres es el del hiyab. Algunos parientes no musulmanes no entienden el propósito del hiyab y tratan de desmotivar a su familiar musulmana de adoptarlo. Algunas mujeres musulmanas recuerdan haber sido presionadas a quitarse su hiyab al realizar simples paseos o participar de algún evento relevante con sus familias y amigos porque ellos lo consideraban “vergonzoso”.
Esto puede ser una verdadera encrucijada para algunas musulmanas que ya padecen su propio conflicto interior respecto al uso del hiyab. Puede ser una oportunidad para educar a tus familiares respecto al hiyab; informarles que cubrirse ha sido una parte importante del recato y la modestia en otras religiones también, incluido el cristianismo y el judaísmo. Al final, lo que buscamos es complacer a Al-lah y debemos tomar decisiones en ese sentido.
El balance entre las obligaciones religiosas y la familia
Los musulmanes pueden mantener su identidad y sus deberes religiosos a la vez que mantienen sus lazos familiares siendo pacientes, compasivos y gentiles con sus parientes no musulmanes, incluso cuando se portan críticos o negativos.
Mantente humilde. No trates a los demás como si fueras superior a ellos. Sé educado. Acepta las invitaciones de tus familiares que sean lícitas. Esta es una oportunidad para reforzar los lazos familiares. Niégate a participar de malas conductas o crear conflictos.
Sé atenta y gentil con todos. Todos preferimos la compañía de una persona alegre y atenta. Una actitud positiva es contagiosa. El Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, era conocido por ser atento y gentil sonriendo a todos. Cualquiera que disfrutaba su compañía se sentía como la persona más querida por él; nuestros familiares merecen conocer ese trato.
Sé misericordioso con los demás. Al-lah dice: {[Oh, Muhammad] Por misericordia de Dios eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y de corazón duro se habrían alejado de ti; perdónalos, pide perdón por ellos, y consulta con ellos los asuntos [de interés público]. Pero cuando hayas tomado una decisión encomiéndate a Dios, porque Dios ama a los que se encomiendan a Él} [Corán 3:159].
Muchos musulmanes con miembros no musulmanes de su familia enfrentan desafíos, pero estos desafíos deben considerarse oportunidades de crecer, incrementar la fe y finalmente ganar la complacencia y recompensa de Al-lah. Cuando tratas de adoptar buenos hábitos y estás rodeado de aquellos cuyos principios son distintos a los tuyos, debes establecer un delicado balance entre vigilar tu propia conducta y permitir a otros elegir su conducta y modo de vida. Mientras sus decisiones no te afecten directamente, lo mejor tal vez sea dejar las cosas como están a fin de mantener la paz y la armonía.
Al-lah dice: {Di: “¡Oh, incrédulos! No adoro lo que adoran. Ni adoran ustedes a Quien yo adoro. Y jamás adoraré lo que adoran. Ni adorarán ustedes a Quien yo adoro. Ustedes tienen su religión y yo la mía”} [Corán 109:1-6].
Para los revertidos hacia el Islam esto puede ser una experiencia intensa y llena de cambios. Muchos nuevos musulmanes con frecuencia se presionan mucho a sí mismos para “hacer las cosas bien” y hacen cambios drásticos en sus vidas. Algunas de estas decisiones son tal vez necesarias; pero no olvidemos que el Islam invita a la moderación en todo. El Islam ha cambiado radicalmente a muchas personas terminando con estilos de vida que incluían consumo de embriagantes, drogas, promiscuidad e incluso crimen. Aunque no lo oigas decir directamente, algunas familias no musulmanas quedan tan impresionadas por el comportamiento positivo de un miembro musulmán de la familia, que acaban teniendo en mayor estima el Islam. Siempre debemos esforzarnos por ser un ejemplo de las características positivas de nuestra práctica religiosa. Tenemos la oportunidad de mostrarles a nuestros familiares no musulmanes la verdadera y compasiva representación de un musulmán. Así que démosles a los demás la oportunidad de ver el beneficio del Islam por su cuenta. Date tiempo para visitar y mantener el contacto con tus familiares. Son la gente más cercana a nosotros en esta vida y pueden ser nuestros mayores aliados y el mejor apoyo.