Ha habido personas que insistieron en dejar sus huellas en la vida, y es por eso que la historia ha inmortalizado su mención. Ellas forman la civilización de su Ummah (nación); su renacimiento se convirtió en fuente de bondad y en luz para el mundo entero, y fueron los faros que iluminaron el camino para el occidente durante su era de oscuridad.
Al Hasan, el erudito devoto y buscador de conocimiento beneficioso
Al Hasan Ibn Al Haizami, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, a menudo conocido como Alhacén (la versión latinizada de su primer nombre “Al Hasan”). Nació en Basra, Irak, y estudió medicina, astronomía, geometría, matemáticas y física.
Entre sus libros importantes de óptica, cabe mencionar Al Manazir (Libro de óptica), en el que estudió la teoría de refracción y reflexión de la luz en un medio transparente como el agua y el aire. Este libro fue referencia para dicha ciencia en Europa hasta finales del siglo XVII. En este libro, él sentó las bases del descubrimiento del principio físico sobre el que están basados tanto el microscopio como el telescopio.
La Biblioteca Nacional de París contiene muchos de sus libros y manuscritos, en los que se ocupa de algunas de las ramas de la geometría. Otros están en la biblioteca Bodleian en Oxford. Él compiló 43 libros de filosofía y física, 25 libros de matemáticas, 21 libros de geometría y 20 libros de astronomía y aritmética. Se menciona que el total de sus libros es de aproximadamente 200, y todos ellos comenzaban con las siguientes palabras maravillosas:
“Mientras viva, dedicaré mi esfuerzo, mi mente y mi energía al conocimiento, por tres razones:
1. Para beneficiar al que busca conocimiento durante mi vida y después de mi muerte.
2. Para que sea un tesoro para mí en mi tumba y en el día de mi juicio.
3. Para hacer superior el poder de los musulmanes”.
Imam Al Bujari, el modelo a seguir en determinación y dedicación
Él, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Una vez estaba en la casa de Ishaq Ibn Rahawaih cuando uno de sus compañeros sugirió la compilación de un libro abreviado de la Sunnah (actos, obras y dichos) del Mensajero de Al-lah, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él. Quedé impresionado por la sugerencia, y comencé a compilar dicho libro” (Siyar Alam An-Nubalá).
Servir a la Sunnah del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, fue la misión a la que Al Bujari, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dedicó su vida desde que tenía diez años de edad. Al-lah Todopoderoso lo dotó con su visión en esta reunión bendecida en casa de Ibn Rahawaih, la que llevó a cabo al atravesar las tierras de su Bujara natal en viajes extensos recopilando los hadices (narraciones) del Profeta, la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, pasando por Balj, Merv y Naisabur, antes de entrar a Irak y viajar por sus diferentes ciudades. Después, fue a La Meca y Medina y completó su viaje visitando Egipto y Ash-Sham.
Al Bujari, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, dijo: “Compuse el Sahih (libro de hadices auténticos) en dieciséis años” (Siyar Alam An-Nubalá). Y dijo además: “He producido este libro a partir de aproximadamente seiscientos mil hadices” (Sifat As-Safua: Ibn Al Yauzi).
Él, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, era un prodigio en el arte de la memorización y en inteligencia. Dijo sobre sí mismo: “He memorizado alrededor de cien mil hadices auténticos, y doscientos mil hadices no auténticos” (Faz Al Bari: Ibn Hayar).
¿Cuándo dejarás tu rastro?
¡Al-lah Todopoderoso te ha otorgado el Islam, y eso es suficiente favor! ¡Tú, cuyos antepasados iluminaron la oscuridad del mundo y establecieron una civilización asombrosa! ¿No te alarma el estado actual de tu Ummah (nación)? ¿No te inquieta el hecho de que el mundo existe para otros y no para ti, y ellos juegan con él y fabrican armas que dirigen hacia los pechos de tu Ummah? ¿No eres digno de tener precedencia en la tarea de construir?
Despierta y libérate de las cadenas de la inercia. Reconoce tu identidad y observa el pasado dorado de tu Ummah, que dibuja una antorcha que alumbra tu camino. Apúrate a trabajar y deja tu huella en la vida, que es solo un número limitado de días y no sabes en qué momento terminará. En ese instante no tendrás nada más que dejar en este mundo que tu huella en él. Si no hay ninguna, entonces la historia pasará irremediablemente tu página. Sin embargo, si abres un camino, la gente lo mantendrá y dirá: “Ha fallecido, y este es su legado”.
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