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Las esposas del Profeta Muhammad, análisis I

Las esposas del Profeta Muhammad, análisis I
Sawdah
 
Después de la muerte de Jadiyah, la primera esposa del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y la única durante 25 años, él se casó con Sawdah, que Al-lah Esté complacido con ella, una viuda muy mayor –que no era conocida por bella ni por rica– por una obra de bien y por las exigencias de la vida doméstica, pues ella fue abandonada por su familia luego que se islamizó, y dedicó su vida a Al-lah y a Su Mensajero, sallallahu ‘alayhi wa sallam.
 
‘A’ishah
 
Luego se casó con ‘A’ishah Bint Abu Baker, que Al-lah Esté complacido con ella –la hija de su más ferviente seguidor y compañero– para honrar y fortalecer los lazos con su padre. Nuevamente, no es lógico pensar que, si él buscaba placer sexual como alegaron, ¿por qué casarse con esta pequeña y brillante chica, la cual aún no llegaba a la pubertad y por eso la tuvo que esperar por varios años hasta que madurara? Si el alegato fuera cierto, él podía casarse con una joven lista para el matrimonio y satisfacer sus deseos sexuales en vez de esperar a ‘A’ishah, pues muchas mujeres ansiaban que él les propusiese matrimonio.
 
En realidad, el principal propósito fue la difusión del Islam y honrar a los grandes hombres que sacrificaron todo por la causa de Al-lah. ‘A’ishah, que Al-lah Esté complacido con ella, vivió 42 años más después de la muerte del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Se ha reportado que ella relató 2.210 hadices y ha enseñado a los musulmanes casi la mitad de su religión.
 
Hafsah Bint ‘Umar
 
Unos meses después, se casó con Hafsah Bint ‘Umar, que Al-lah Esté complacido con ella, cuyo padre era el más poderoso defensor del Islam, y el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, quería reforzar los lazos con él y salvar su honor, especialmente luego que Abu Baker y ‘Uzman bin ‘Affan, que Al-lah Esté complacido con ellos, se negaron a casarse con su hija que recientemente había enviudado. ‘Umar se molestó mucho y se sintió humillado, pero el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, lo hizo feliz proponiéndole matrimonio a su hija. El esposo anterior de Hafsah, que Al-lah Esté complacido con ella, murió como mártir en la batalla de Bader y ella quedó muy afectada y deprimida, aislándose cada vez más de la gente, lo cual empujó a ‘Umar, que Al-lah Esté complacido con él, a buscar un esposo para ella con desesperación.
 
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, se casó con Hafsah, que Al-lah Esté complacido con ella, por cariño y aprecio al sacrificio de ‘Umar, a través de quien Al-lah fortaleció al Islam. El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, había pedido a Al-lah que fortaleciera al Islam con uno de los dos ‘Umar: ‘Umar Bin Hisham, su tío, o ‘Umar Bin Al Jattab, que Al-lah Esté complacido con él. Al-lah Respondió su plegaria y ‘Umar bin Al Jattab se islamizó y pasó a ser el más poderoso defensor del noble Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. ‘Umar, segundo Califa del Islam, quedó muy complacido con el gesto de cariño y sensibilidad para con su hija.
 
Zainab bint Yahsh
 
El matrimonio del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, con Zainab bint Yahsh fue explícitamente Ordenado por Al-lah. Al-lah Mismo le Ordenó al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, que se casara con Zainab, divorciada por su hijo adoptivo Zaid, para abolir de una vez por todas la tradición de los hijos adoptivos que estaba muy arraigada en Arabia y había causado mucha corrupción e indecencia entre la gente, lo cual va contra el Islam. Fue muy difícil y confuso para el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, consumar este matrimonio, pero no tenía otra opción sino obedecer a Al-lah.
 
Al-lah, el Altísimo, Dijo (lo que se interpreta en español): {Al-lah no Puso dos corazones en el interior del hombre [como para albergar la fe y la hipocresía a la vez]. No hizo que vuestras esposas que divorciasteis [declarando que eran tan ilícitas como vuestras propias madres] sean realmente como vuestras madres; y tampoco hizo que los hijos que habéis adoptados sean como los vuestros. Esto es lo que dicen vuestras bocas; pero Al-lah Dice la verdad y Guía al sendero [recto]. Llamadlos [a quienes no sean vuestros hijos] por el nombre de sus padres verdaderos, pues esto es lo más justo para Al-lah; y si no conocéis a sus padres, decid mejor que ellos son hermanos en la religión y vuestros protegidos. Y no será considerado un pecado si os hubiereis equivocado [o ignorado que ello no era correcto], pero sí en caso de que lo hiciereis intencionadamente. Y sabed que Al-lah es Absolvedor, Misericordioso.} [Corán 33:4-5]
 
Algunos autores hostiles aprovecharon este matrimonio para presentar al Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, como alguien vil. Se inventaron una historia de amor barata para dar rienda suelta a su resentimiento y su imaginación. Ya que Zainab, que Al-lah Esté complacido con ella, fue la primera prima con la que se casó el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y el hiyab aún no se legislaba, él con seguridad estaba al tanto de su belleza y atractivo. Si la amaba y quería casarse con ella como alegan ¿Qué le impedía hacerlo? ¿Por qué casarla con su hijo adoptivo y después esperar a que él la divorciara para recién casarse con ella? En verdad que este alegato, postulado por algunos escritores occidentales, es algo insano que han inventado para cubrir la verdad con sus falsedades. La verdad es que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, casó a su prima noble con su esclavo liberto Zaid ibn Hariz, que Al-lah Esté complacido con él, para acabar con las absurdas nociones de prestigio y para terminar con las barreras de clases sociales en la sociedad musulmana. Según lo que Al-lah, el Altísimo, Dijo (lo que se interpreta en español): {¡Oh, humanos! Os Hemos creado a partir de un hombre [Adán] y una mujer [Eva], y [de su descendencia] os Congregamos en pueblos y tribus para que os reconozcáis unos a otros. En verdad, el más honrado de vosotros ante Al-lah es el más piadoso. Ciertamente Al-lah es Omnisciente y está bien informado de lo que hacéis.} [Corán 49:13]
Luego, Al-lah le Ordenó casarse con ella para terminar con la apreciada costumbre de los árabes pre-islámicos de adoptar hijos, siendo una legislación para las generaciones venideras, empezando con su propia familia.
 

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